11 marzo 2012

Un cambio rutinario de planes


Por Axel Andrés Ovalle
 
Es un nuevo comienzo, lo mismo de siempre. Levantarse y ver la gran luna roja, que rodea la atmosfera y alumbra los grandes prados verde-azules y las vías intergalácticas.
Podría decirse que todo transcurría normal, como siempre se mantiene una precaución al andar, por aquello de la lluvia de estrellas. El uso de lentes del tamaño de dos esferas olímpicas para cubrirse del polvo cósmico es esencial y llevar un protector en la parte de arriba de la cabeza tampoco esta de mas, al decir que nuevamente se viene la oleada de meteoros.

-“Estación Siatiera” es lo único que se antes de abordar el transbordador.
Aun no entiendo porque nos hacen viajar tantos años luz, para llegar a  un lugar donde ni siquiera saben de nuestra existencia… Desearía quedarme recostado contando nebulosas.

Es un largo camino donde puedes pasar horas contado cometas y aun así harían falta antes de terminar el viaje. Una cabina no muy grande donde nos transportamos unos 150 mediadores, soportando un calor solar y una tediosa picazón de escamas.
Los rayos de calor traspasaban la hojalata y yo en lo único que pensaba era en el motivo por el cual seguía insistiendo en realizar este viaje. No dudaba en si ayudar a esta especia a sobresalir seria el equilibrio perfecto que se busca en el universo o si tomaran nuestros regalos conscientemente y los usaran para superarse. Lo que me pregunto es si dará resultado la forma en la que pensamos comunicar nuestro mensaje y si será captado de manera positiva por dicha especie.

Era inevitable dejarse vencer por el cansancio cuando de repente en un cerrar de ojos ya te encontrabas sobre la superficie.

Comenzábamos a enlistarnos, mientras preparamos los carteles terrestres con los cuales pretendemos formar un vínculo de comunicación, ya que es la forma más clara en la que entienden estos seres un mensaje acerca de nuestras intenciones pacificas y de ayuda.

Ni bien se alza el primer cartel cuando una nube de polvo, más grande que la cósmica; comienza a cubrir nuestros ojos.  Un estruendoso grito se avecina hacia nuestra dirección.

Es aquí cuando nos damos cuenta que nuestras preguntas aun no tienen respuestas suficientes...

“Retirada”  Parece ser el nombre del capitán, quien nos ordena volver abordar la nave. Seguramente nuestro mensaje no estaba entendible, llevar paz y nuevas razones de vida a este planeta resulta más difícil de lo estipulado. Regresamos a nuestro hogar donde buscaremos otras formas más sencillas de comunicarnos.

Nuevamente comenzaremos con lo mismo de siempre...



1 comentario:

JuLio Urízar dijo...

No sé en dónde he visto eso de que los alienígenas vienen a salvarnos y nosotros como humanidad pensamos lo contrario y les aguamos el proyecto de unificación y paz intergaláctica. Igual, es interesante ver como a travéz de algo como la ciencia ficción podemos desarrollar temas tan humanos como la falta de comunicación y el poco entendimiento que tenemos del otro.
Lo interesante de este cuento creo que el aburrimiento o desesperanza que estos personajes sienten al saber que tienen que volver a intentarlo sabiendo que con los humanos, por lo normal, no se puede llegar a nada.