Por Gabriela Sosa
17 de Marzo
Me resistía a
escribirte, me resistía este año a escribirte porque no quería pensar que tenía
algo que decirte; quería pretender ser normal por una vez (y la niña tonta
nunca aprende que nunca lo será) e ir solamente a tu misa como niña educada,
rezar, escuchar la lectura y ya. Quería pensar que no te iba a recordar mucho
esta vez, que ya siete años después finalmente había hecho paz contigo al fin.
Pero tú fantasma sigue caminando por los pasillos de la casa, tirando libros y
somatando ventanas cuando en desaprobación, alegándose con la abuela a
medianoche como hacían en vida, regañándome a las tres de la mañana. Te comento
que no es necesario, tu voz siempre estará en mi cabeza; tu imagen, eterna; tan
arraigada como el Padrenuestro que me enseñaste y la necedad heredada de ir por
mi propio lado.
Me resistía,
lo confieso, no quería pensar en ti, porque con lo bueno viene lo malo, y ya
mucho de por sí lo recuerdo; me resistía, pero aquí estás. Siempre estás,
siempre estarás, eres mi madre, nunca nada cambiará eso. Así que feliz
cumpleaños…y gracias, como siempre, por todo. Espero te guste al menos un
tercio de quien he crecido a ser.
Att.,
la niña.
1 comentario:
Me gustó mucho, me identifiqué con el texto. Felicitaciones.
Publicar un comentario