30 septiembre 2011

Primeros zarpasos en la literatura

Por José Andrés Ochoa

Mi atracción con la literatura no fue fácil. Esto se debe a mi falta de concentración en la tarea. Nunca fui lector empedernido. Sentía apatía con los libros, sin saber lo que me perdía. Fue tal vez, hace dos años, que comencé a incursionarme en las páginas antes de dormir. Empezó como un dispositivo contra el insomnio, y terminó siendo un grato placer.

Aun lucho por darme espacios a la lectura. No se me hace fácil, pero hago el esfuerzo. Aprovecho las esperas en algún lugar para navegar en ellos. Es que es en los libros donde puedo dar rienda suelta a mi imaginación. Además, como estudiante de periodismo, es una gran herramienta paracrear maravillosos paisajes a través de las letras.

Libros como Carazamba, tan sencillo pero entretenido, fueron vitales para motivarme en la literatura. Le procedieron otras narrativas como Ruido de Fondo, El Señor Presidente y Aura, impuestos por el colegio, pero leídos por voluntad, que me demostraron lo bello de la escritura. Tan distintos uno del otro, pero con gran riqueza y entretenimiento.

Este año, cursé Literatura Guatemalteca del Siglo XX, con el escritor Francisco Alejandro Méndez. Autor de cuentos espectaculares, reunidos en su Reinventario de Ficciones. Fue gracias a él, que logré afinidad por la literatura nacional y armé mi listado para la Feria del Libro 2011 –FILGUA–, y me hice de grandes piezas como el Japón Heróico y Elegante, de Enrique Gómez Carillo; Los Magos del Crepúsculo [y blues otra vez], de Wingston González; y El Perro en Llamas, de Byron Quiñónez.

Sin embargo, mi compra predilecta fue una muy recomendada por Francisco Méndez. Trátase de Los Compañeros, de Marco Antonio Flores. La cual me encuentro devorando, debido a su singular narrativa, significativo contenido histórico, y manejo del lenguaje de forma brillante. El “Bolo” Flores, como se le conoce, juega con la historia. En cada capítulo, sitúa diferentes momentos en la cronología. Además de que describe a alguno de los personajes; ya sea el Bolo, Chucha Flaca, el Rata o el Patojo. Les dejo el inicio del capítulo 3, y les motivo a que adquieran y disfruten la novela.



tres
El Patojo
1966

Guaro amargo: melcocha: rapadura: colado de vinagre: agua: aguardiente: agua ardiente:guardiente: guaro. Danza a través de los palacios barrocos llenos de nubes que no pesan más que la mirada. Claridad meridiana: mañana azul rellena de miel. Sobre las nubes conchas de mar, de suaves colores, rosas, celestes, verdes, de todos tamaños. Las más pequeñas: bonitas: metidas en cajas de marfil y en el fondo de la cajita la música rodeándola. Siempre ella: caja vieja de marfil, llena de semen, de concha hedionda a meados de borracho. Bañado de meados, prensado, enchironado, jodido, preso por pendejo, vergaceado: chille de oreja, vergazo de oreja, culatazo de cuque: chivatos, esbirros, hijos de perra.

La lectura

Por Francisco Juárez

La lectura:

Para mí es una forma de vida, en el sentido de que muchas veces mi agenda urde en los espacios vacíos siempre buscando un tiempo para leer y releer pues a través de la lectura encuentro paz y tranquilidad.

Entre mis autores favoritos están Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, ambos argentinos, el segundo fiel admirador del primero, aunque sus estilos estructuralmente son muy distintos, ambos recorren el obscuro espacio de los enigmas del tiempo, el laberinto, el misterio de lo que llamamos “la realidad” y lo cuestionan a través de sus cuentos y su poesía.

La poesía de Borges me parece exquisita, todo un reto a la imaginación y la razón, un deleite para los sentidos, por ejemplo estrofas de su poema “Los Enigmas”:



(…)
¿Qué errante laberinto, qué blancura
ciega de resplandor será mi suerte,
cuando me entregue el fin de esta aventura

la curiosa experiencia de la muerte?
Quiero beber su cristalino Olvido,
ser para siempre; pero no haber sido.

Usualmente leo de camino al trabajo cuando voy en el bus, de ésta costumbre debo el grato recuerdo de haber leído La Divina Comedia durante muchos viajes en mis primeros años de universitario. Cabe mencionar que en el libro Siete Noches, (una recopilación de 7 conferencias de Borges), existe una digresión exclusiva para éste gran libro de Dante Alighieri.

Desde niño los libros me han acompañado, y aún ahora me sumerjo en ellos con la misma ilusión que hace ya varios años. Actualmente me encuentro leyendo el libro Informe de una Injusticia, una antología de la poesía de Otto René Castillo, un joven asesinado durante el conflicto armado, amante de Guatemala. En sus páginas he encontrado la esperanza por un futuro mejor, esa esperanza que viene ya de hace tanto tiempo luchando por sobrevivir.

Mi forma de leer

Por Heily López

Si, me gusta leer y lo poco que he leído me ha enriquecido. Y si, no he leído todos los libros que me gustaría, pero considero que poco a poco lograre ese gran objetivo. Inicie mi hábito de lectura gracias a una maestra de primaria, por normativas de pensum nos “ponían” a leer un libro por cada unidad. Pero yo si me sentía atraída por su lectura. Puedo sentirme orgullosa al decir que no he dejado ningún libro inconcluso, porque aunque al iniciarlo me de cuenta que no es mi estilo, o no me guste el genero, considero que es una falta de respeto hacia el autor. Actualmente trabajo y estudio, así que la lectura, lamentablemente ha pasado a segundo plano, y no por ello he dejado de hacerlo, solo he cambiado la forma, pues estaba acostumbrada a sentarme, palpar un libro, abrirlo, leerlo. Ahora, inicie las lecturas virtuales, una amiga del trabajo me inicio en ello. Para suerte mía, tenemos similar gusto literario, las novelas. Ella me pasa los libros que ha descargado En nuestros momentos libres, aprovechábamos a leer en la computadora de la oficina, cuidando que nuestra travesura no fuera descubierta y al terminarlos comentamos acerca de ellos, si nos sentíamos identificadas, la verdad, disfrutamos la lectura. Gracias a esta nueva forma de leer, he retomado mi hábito. A pesar de que me gusta leer, no tengo un autor preferido, no me dejo llevar por la forma de escribir de un solo autor, en ese sentido soy mas abierta. Por el contrario con el tipo de lectura, prefiero las novelas, y pienso bien antes de leer otros tipos. Definitivamente los libros que menos me gustan son los de autoayuda, los considero poco funcionales porque en mi opinión los autores tratan de ponerse en el lugar de alguien a quien no conocen y que esta influido por muchas circunstancias que no son tomadas en cuenta. He leído un par, que pueden tener mensajes positivos, pero hasta allí. Para mí. Este mes leí “Los Cuatro Acuerdos” del doctor Miguel Ruiz. Me pareció un libro bastante interesante, ya que ejemplifica la forma de vida de los toltecas y como ésta les sirvió para armonizar entre ellos. Muestra una forma de vida de la que deberíamos aprender. Y en realidad estoy tratando de ponerlo en práctica. La frase a resaltar de este libro es:

Un mago blanco utiliza las palabras para crear, dar, compartir y amar. Si haces un hábito de este acuerdo, transformarás completamente tu vida. Cuando transformas todo tu sueño, la magia aparece en tu vida. Lo que necesitas te llega con gran facilidad porque el espíritu se mueve libremente en ti. Ésta es la maestría del intento, del espíritu, del amor, de la gratitud y de la vida. Éste es el objetivo del tolteca. Éste es el camino hacia la libertad personal.



El libro busca dar cuatro acuerdos, o formas de vida, o actitudes que son recomendables para vivir al máximo. Uno de los acuerdos habla de no hacer suposiciones. Vivir sin ser egoístas pensando que todo gira en torno a nosotros y que si nos insultan o halagan debemos creerlo. Por lo que cuando hablen de nosotros, o se expresen de nosotros, reconozcamos que no tienen la verdad, que puede que ellos estén desahogando dolor o resentimiento, pero no deciden sobre quienes somos. Y esta frase lo expresa claramente. Para lograr “una libertad personal” que para mi logra la armonía con nuestros semejantes.

27 septiembre 2011

Mi forma de leer

Por Claudia Solares


Para mí la lectura puede ser desde un viaje a un mundo distinto hasta una forma de aprender y obtener conocimiento. De cualquier manera, nos ayuda a crecer tanto mentalmente como moral y emocionalmente. Lo que más me gusta leer son libros que dejen alguna enseñanza, que de alguna manera nos ayuden a salir de problemas o a obtener un nuevo punto de vista acerca de la vida. También me gusta los que son de misterio y amor, aquellos que son capaces de hacernos sentir emociones irreales y de enamorarnos de la historia y sus personajes. Cuando comienzo con un libro que me llama mucho la atención, para mi es casi imposible soltarlo. Lo llevo por todos lados para aprovechar seguir con la historia cada vez que pueda. Aunque me gusta más leer en la tranquilidad de mi cuarto o en la pérgola de mi casa, donde puedo dedicarle toda mi atención.

No tengo un autor favorito, pero sí tengo libros favoritos, aquellos que pueden leerse una y otra vez encontrando detalles que no habíamos notado antes, sin cansarse de ellos. En esta ocasión quiero enseñar un poco a cerca de un libro que me dejó mensajes muy bellos. El autor es Paul Young y su libro se titula “The cabin”, en español es La Cabaña:



“La gracia no depende de que exista el sufrimiento, pero donde hay sufrimiento hallarás gracia en muchas facetas y colores.” (…) “Nunca menosprecies la maravilla de tus lágrimas. Pueden ser aguas sanadoras y un torrente de dicha. A veces son las mejores palabras que el corazón puede decir.”

Escogí estas dos frases porque, a mi parecer, están llenas de sabiduría. Nos enseñan que es esencial expresar nuestros sentimientos y sacar todo aquello que nos tiene mal. Porque haciendo esto, vamos sanando poco a poco. Y no son necesarias las palabras, porque las lágrimas son nuestra mejor voz en los momentos más difíciles. Y también nos demuestra que con la actitud adecuada podemos encontrar alegría y gozo en dichos momentos. Son mensajes muy valiosos que quise compartir con los lectores en este artículo.

Leer es un viaje, donde no es tan importante el destino sino la transformación que tenemos a lo largo de este.

Mi forma de leer

Por Astrid Ávila


   Les cuento sobre mi forma de leer, y cómo me estoy acercando un poco más al interesante mundo literario. Déjenme decirles que yo no soy una gran lectora, no porque no me llame la atención leer, sino me falta tiempo o/y organización, así que el estar en este club me está ayudando para mejorar estos hábitos.
   Leo en mis ratos libres entre el trabajo, el horario de clases y el tiempo para tareas, ah...y también el tiempo de diversión, en estos últimos días he leído unos libros de fácil lectura, ya que son de literatura juvenil,   muy amenos,  ambos de Claudia  Celis una escritora mexicana con  una gran capacidad para  hacer que nos guste leer y despertar en nosotros diversas emociones, me sorprendía a mi misma con fuertes carcajadas y  al siguiente capítulo con lágrimas  de lo emotivo del relato.
    El primero que leí se llama Donde Habitan los ángeles y me gusto tanto, que busque otro libro de la misma autora y me tope con el que se llama  Atados a una estrella, y ambos me encantaron.
     Este tipo de libros, es  lo que más me gusta leer, pues son relatos sencillos, pero llenos de sentimiento, no tienen un rebuscado estilo literario sino que  están basados en experiencias de vida, y con una fuerte enseñanza moral, que creo es lo que realmente  es importante en un libro, todo lo  que puede aportarnos en nuestra formación personal y humana.
     Entre mis escritores favoritos está  Gabriel García Márquez, me ha gustado mucho su obra Crónica de una  muerte anunciada,  y también El amor  en los Tiempos  del Cólera.
     También me gustan los libros de misterio y suspenso, donde la trama cambia continuamente y no me gustan los que hacen demasiado uso de la descripción, pues los siento muy cansados.
    En cuanto a escritores nacionales me ha gustado mucho leer a Rodrigo Rey Rosa, específicamente su obra  el Cojo Bueno. Este relato interesante de un secuestro ambientado en sitios tan conocidos y transitados le pone sabor al libro, lo triste es que lamentablemente así es la realidad del día a día guatemalteco. Pero no me gustó mucho su obra titulada Lo Que Soñó Sebastián pues describe mucho la selva, y resulta poco atractivo.
     Ahora les voy a contar un poco de las obras de Celis, donde habitan los ángeles narra la historia de un niño, que es dejado por su madre a cargo de unos tíos después de que había llegado a pasar allí sólo unas vacaciones, la mamá nunca regresó por él, ya que para ella tener al niño cerca representaba un estorbo. Los tíos se convierten en verdaderos ángeles que lo cuidan con tanto amor y esmero, y el tío le hace pasar situaciones tan divertidas  que sus días allí se convierten en tesoros de felicidad, y  tiene la habilidad para ocultarle el desamor de la mamá, de tal manera que en él no se desarrolla jamás un sentimiento negativo o de reproche a la madre.



       El viene a ser a su vez un ángel para ellos ya que en años anteriores ellos habían perdido a su único hijo. En este marco recibimos enseñanzas como la elección de la carrera ya que el tío era médico, e indirectamente estaba haciendo al joven escoger la medicina que no era realmente lo que el quería, la lucha  y la dedicación por alcanzar nuestros propios sueños, el respeto a los demás, la confianza, el amor, a aprender a superar los fracasos, en fin es una obra rica en el desarrollo de valores.
       En  alcanzar una Estrella, vivimos la situación de una familia  que recibe  a una niña especial, con Síndrome de Down  y cómo la hermana  al inicio sufre por ella, sintiendo que la había desplazado del amor y los cuidados de la madre, y que por su causa el papá las había abandonado, lo fuerte del rechazo y la negativa que a veces tenemos los seres humanos a aceptar la  realidad. También narra cómo vamos desarrollando actitudes que sin decir palabra son percibidas en el corazón de los demás, pues la niña también siente temor y un rechazo por el padre, como respuesta a la actitud de él. Por último se llega a desarrollar un vínculo tan grande entre las hermanas que al final realmente es un lazo sólido totalmente indestructible.
    Por último quiero contarle que mi próximo libro a leer  será mil Soles espléndidos ambientado en la cultura del mundo árabe, y su particular percepción de la mujer dentro de esa cultura.

26 septiembre 2011

Mi forma de leer

Por Evelyn Revolorio


Yo utilizo varias formas de leer, dependiendo del articulo que tenga o  si estoy leyendo una novela va cambiando. Realmente me cuesta no mover un poco la cabeza cada vez que paso de una linea a otra. Me encanta leer novelas y cuentos, los autores que me gusta leer Isabel Allende y  por supuesto que Miguel Ángel Asturias.

Los últimos cuentos y libros fueron de  Julio Cortázar, Gabriel Garcia Marquez, Mario Monteforte Toledo, Juan Carlos Onetti, Juan Rulfo, en "Lo mejor del Cuento Hispanoamericano", Miguel Ángel Asturias, "El espejo de lida sal"; Mario Vargas LLosa "Los Cachorros, Los Jefes";  Gabriel Garcia Marquez "Relato de un náufrago", los cuales los fui leyendo desde el año pasado hasta este año. El ultimo que comencé este año fue el de "La casa de los espíritus" de Isabel Allende, pero no lo he finalizado. 

Regularmente leo en la tarde, ya que es la hora en que más me concentro, en cualquier lugar donde no tenga distracciones y me pueda concentrar. 

La lectura para mi es un medio para encontrar otro mundo, escapar de las cosas que están alrededor. Si me concentro en lo que estoy leyendo, realmente lo puedo imaginar y concentrarme, es por eso que me gusta leer.

"No sé si después de siete días sin comer, a la deriva en el mar, uno llega a acostumbrarse a esa vida. Me parece que sí. La desesperación del día anterior fue sustituida por una resignación pastosa y sin sentido. Yo estaba seguro de que todo era distinto de que el mar y el cielo habían dejado de ser hostiles, y de que los peces que me acompañaban en el viaje eran peces amigos. Mis viejos conocidos de siete días".-Gabriel Garcia Marquez-



Puse ese párrafo del Relato de un náufrago, por que se refleja durante el capítulo, en ese párrafo como el paso de estar en tal punto de desesperación a una calma causada por la resignación y el abandono de sus esperanzas, lo cual yo lo pude sentir al ir leyendo como este personaje se sentía durante tanto tiempo en el mar.
QUINTO DESCENSO


25 septiembre 2011

¿Cómo se formó el arco iris?

Por Carmen Ovalle



Las mariposas con sus bellos colores, decidieron un día darle vida a los días lluviosos, alegrando a los animales de toda la naturaleza. Se reunieron y decidieron agruparse por los colores de sus alas. Las mariposas rojas quedaron por encima representando el amor, por debajo del amor debe existir alegría y por eso las naranjas se pusieron por debajo de las rojas junto con las amarillas. Las verdes se colocaron al centro representando la naturaleza a la que pertenecen, y el azul representa su eternidad. El índigo el cariño de todos los seres vivos y el
violeta la libertad para amar. Y fue así como se extendieron en un bello arco que hasta hoy en día lo podemos ver.

Confusión

Por Heily López



Una nueva etapa para una mujer que tuvo 3 semanas fuera de su país, alejada de su gente. Pero un día, una noche, tenía que llegar para darle sentido a una vida que ya había perdido esperanza. Ahora su sentido es la confusión. Y es que ella no sabe ya en que pensar. Y la lluvia ahora es su compañía. Cada día amanece pensando en qué pensará. Una simple caminata en la playa la llevo a crear otro sentir. Porque la compañía de esa noche la hizo sentir, sentir especial, esa sensación de ser importante que la ilusiono. Quizás las huellas allí marcadas el mar las borro, pero el sentir está latente. Él con su mirada, creo una huella, la única que no se borrara. Ahora sé que vale la pena recordar. Una playa que tiene nombre y que quizás agrega otra historia de amor. Ella ahora sabe que cada noche no se podrá comparar con “esa” noche. Un charlar tan ameno, tan cordial, que llego para sorprender a cualquier testigo de el. Y si llegara a tener una esperanza, sería que esto no quede como un amor de verano, que como todos saben, acaba.

24 septiembre 2011

Reinventada

Por Evelyn Revolorio


El diseño que en su pelo miraba, la pobre niña entristece, más todas las mañanas con esmero trata de embellecer. La ropa, los zapatos, los colochos que caen hasta su cintura define y mantiene su postura, recta, recta como un poste para ver si su figura sienta bien con lo que escogió para vestir de gala. Baja a la entrada del salón y con una mirada queda asombrada, ya que el día que ella había sido reinventada la fiesta había sido cancelada.

23 septiembre 2011

Amores astrales

Por Pablo De la Vega

Un día Selene fue con DIOS para hablarle sobre la monotonía de su existencia: -PADRE: ¡Ya me cansé de estar corriendo tras aquel que, por llevarselas de iluminado, no me hace caso! ¡El ciego con el arco tiene la culpa, no sabe a dónde puntar! ¡Niño jodido, voy a increparle por su negligencia!- Y desde ese día en que la Luna fue por el Vendado, las estrellas lloran porque la Noche ha perdido a su Niña.

Un cuento corto de un buho soñador

Por Carlos Vásquez

Había una vez en un lugar llamado recto hasta el fin un escrito soñador, un búho escritor que inspirado un cuento corto redactó.

21 septiembre 2011

Renovación

Por José Andrés Ochoa


Un gallo, con gran señorío, se alza en una de las terrazas del pueblo. Inhala, y a la vez anhela, que el aire que ingresa en sus pulmones energice su ser. Un bello canto se dispersa en las casas de block. El sol brinda sus primeras pinceladas en el cielo que cubre el modesto pueblo de San Cristóbal Acasaguastlán. 6 de la mañana, y don Javier ya se encuentra de pie. Bañado, zapatos lustrados, y el poco pelo, peinado. Los buenos días de su querida doña Alma se hacen presentes. Ambos, con esa característica propia de los cincuenta y tantos, despiertan con el puntual canto del gallo. Un dulce beso que une sus bocas. Ambos lo disfrutan y, como el gallo, anhelan ese momento que renueva su compromiso con la vida.

20 septiembre 2011

Sin nombre

Por Sara Fernández

Quien necesita comprender  a un alma salvaje que se comprende a sí misma, que como tórrida corriente de lava deja pasar la sangre por sus venas. Solo y en silencio permaneció sin ser visto jamás, con el tropel que separa la noche del día  como sus únicos guías. Si hubiera tenido nombre se hubiera llamado Flegonte y si  su vida hubiera sido contada por los años seguramente  hubiera sido eterna. Sus cabellos oscuros  eran manantiales de sombra y su pálpito austero era salvaje como la locura.
Una noche de soledad, de esas tantas en donde las estrellas son más grandes que el cielo, permaneció cogitativo y decidió cabalgaría sin parar al  horizonte y que su único límite sería  el sol. Cumplió lo prometido el bravo corcel,  y hoy sigue cabalgando persiguiendo una añoranza que se cumplirá hasta el fin del mundo, y en sus ojos siempre existirá el fulgor de su alma integra y virgen, gloriosa y austera…

El reflejo de la pasión

Por Claudia Solares

Se miraba en el espejo, los nervios la invadían, pero al mismo tiempo la motivaban. Era el mismo rostro que había visto por muchos años, pero algo había cambiado en su mirada. Una nueva determinación salía de sus ojos. Y es que después de tanto esfuerzo y dedicación, finalmente había encontrado la pasión que buscaba; una que no dependía de la cantidad de prácticas, sino del corazón.

Volteó a ver sus viejos zapatos de baile, sabiendo que era el inicio de una nueva etapa en su vida. Dio un último vistazo a su reflejo, anhelando con toda el alma que los demás pudieran ver lo que ella ahora veía en sí misma. Suspiró profundamente, se sonrió como nunca lo había echo…y después de unos segundos, salió a escena.

Una noche sin luz

Por Domenica Valladares

Los truenos estremecían la tierra. Cada rayo me daba pavor. Sin pensarlo tomé rápidamente la linterna en el mueble de mi baño y busqué una vela. Un impulso tan acertado, ya que la luz se fue con un rayo. Encendí la linterna y noté que ya casi no tenía batería. Así que armada de valor tenía que ir a la cocina por fósforos.

Al salir del baño un gran corredor, oscuro, seguido de las gradas para bajar al primer nivel. Cuando vi que la linterna parpadeaba corrí con todas mis fuerzas sin voltear atrás. Escuchaba ruidos, pasos, miraba sombras y a los árboles bailar la danza de la muerte por la ventana. Llegué al comedor, busqué por todos lados los fósforos. No había ni uno solo. La luz de la linterna cada vez más débil. Así venía una noche sin luz, y con compañía inesperada e indeseada.

Un cuento confuso de la confusión

Por Alejandra Fuentes

Había una vez algo que no era nada, y un día se convirtió en algo que resulto ser muchas cosas, jamás se entendió porque era nada pero tampoco se entendió porque era muchas cosas, talvez porque tenia cosas aquí y cosas allá, pero en si no tenia nada en pocas palabras no era nada pero era algo.

Ese algo no era niña pero tampoco era niño, pero era algo que no era nada, subía y bajaba, corría y volaba pero no tenia ni alas ni piernas ni brazos, en si no era nada solo era algo que no era nada.
CUARTO DESCENSO
LA BREVEDAD


13 septiembre 2011

Cartas

Por José Andrés Ochoa

Carta para insultar a alguien, sin hacer uso de malas palabras

Estimado lector,

Pues sí. Le llamo lector porque es la única relación que puedo encontrar entre mi persona y
la suya. Dirijo mi carta para saludarle. Así como lee, si es que lee. ¿Qué tal le va? ¿Todo bien?
Yo no lo deseo mal. Es que seguro no se puede estar peor de cómo está. Digo, sí. Espero todo
normal en su día. Jornada monótona de su patético laburo. Que, con su protuberante barriga
y esférico rostro, ronda en su motocicleta las calles y avenidas de mi bonita ciudad. Fue, o es,
no lo sé, bonita. Pero seguro que personas como usted me entorpecen el paisaje. Y más aún, mi
día.

Yo, le repito, le deseo bien. Que su aburrida vida, si es que es vida, mejore. Porque peor no
puede estar. Le invito a cambiar su rutina. Algo, no sé. Intente, siquiera, cambiar la apatía de
su rostro que evoca las refrescantes aguas… del lago de Amatitlán. O tal vez le regale un libro,
para que, si puede leer, distraiga sus pensamientos en personajes peores que usted. Un gato
que vive borracho, o un presidente autoritario. Sin embargo, la historia de esos caracteres,
puede terminar al cerrar el libro. ¿La suya, cuándo?

Podría continuar utilizando este espacio para darle mi opinión sobre usted. Acerca de su
irritante trabajo, patético físico, mediocre vida, asqueroso rostro o más… Pero creo que,
fácil notará que, al verse al espejo, el marco será más bonito que el reflejo. No pienso seguir
gastando mi tiempo en usted, pero sólo le expreso mi deseo que el karma exista. Así, el
caudal de sus acciones desemboque en un merecido golpe en su vida. Tal vez así, rompa su
monotonía, y logre un cambio. Será para mejor, no se preocupe. Peor que usted no se puede
estar.

Abrazo de oso (literal),

Yo.


Carta para pedir vacaciones a un jefe muy malo

Guatemala, 13 de septiembre de 2011

Apreciadísimo y benevolente jefe:

Seré breve. Sé que su tiempo vale oro, así como su empresa, tan digna y que realza en
la economía de la ciudad. Me atrevo y soy propositivo, así como pide usted a sus empleados, y
le entrego esta carta con un único requisito: quiero mis dos semanas de vacaciones. Verá
usted, que como fiel y empático trabajador de esta institución, me veo en la necesidad de ir a
un centro de capacitación, costeado por mi persona, en las playas de Izabal. El título de la
convención es “canalice sus energías y aplíquelas en la empresa que labura”, que en este caso
sería la suya. Con dicho evento, puedo asegurar que vendré con la capacidad de seguir
recolectando dinero para sus arcas, y así fortificar los cimientos de la organización. Como
también ayudar a que se sigan agregando pisos para ser los más grandes. Espero pues, acepte
la propuesta. Todo por el beneficio del trabajo y de poner su nombre en alto, señor.

Atentamente, su súbdito responsable y educado,

José Ochoa.

P.D: en el mes de diciembre se realizará otra capacitación, de título “conozca las empresas
brasileñas, y lo que aprenda, llévelo a donde trabaja”. Espero se repita el procedimiento y
previa aprobación.

10 septiembre 2011

Carta de guerra

Por Sara Fernández

Carta de Guerra 
Junio 1942
Stalingrado
A: La menos sutil de las discordias
 Mi estimada señora, Te saludo de la forma más cordial, esperando que todo salga como debe salir.

Una de estas noches me encontraba en medio del campo  en las silentes lágrimas de la noche, en donde el dulce aroma de la muerte no se daba abasto para cubrir la pestilencia de la pólvora y la sangre putrefacta y observé  a mi alrededor, vi hermanos, esposos e hijos soterrados bajo  el lodo y, más allá de los cuerpos suspendidos en la incertidumbre vi las vidas completas que te llevaste sin piedad.

Eres increíble, siempre tan certera. Me haces estremecer cada vez que te tengo cerca, haces que la vida cobre sentido aún cuando no estoy consciente del sentido mismo de vivir, cuando te tengo cerca sólo pienso en una única e insignificante cosa:  ¡Tengo que sobrevivir! Cada quien vive su guerra con sus pequeñas batallas tratando de  vencer a un enemigo que les acompaña desde el instante mismo en que nacen, sin embargo, aquí las cosas son tan textuales como la palabra Humanidad.

Quiero que termines la tarea de doblegar nuestra voluntad  somos tus correligionarios señora, pero me temo que tal vez mañana nuestra existencia sea tan lúgubre e inexistente como los colores en la oscuridad. Sin embargo no quiero que veas esto como un reclamo, ya que yo te venero día a día. Tú me apasionas, tú le das sentido a mí existir, tú eres  la amante de mayor entereza que ha pasado por mis brazos y aún así quiero dejarte. Tal vez algún día volvamos a encontrarnos mi estimada, tal vez te encuentre personificada en una dulce dama después de que tome este revolver y lo inserte en mi mandíbula dejando que la última bala que me queda corra rauda a través de mis reflexiones y que  quede sólo mi corazón sano para entregártelo a ti, mi único motivo.
 Con el más sutil de los apegos
El General

09 septiembre 2011

Una carta mientras respiras

Por Haroldo Valdizón

Una carta mientras respiras:

Querido tú:
Gusto en saludarte, desde mi universo insignificante del que tus ojos no pueden ver, y no lo miras no porque no puedas sino porque no quieres. Talvez te preguntes quien soy y de donde vengo. La verdad es que no se como me llamó, pero tu especie me nombro con una palabra que, a mi gusto, me parece graciosa, me llamaron aire y tube que acostumbrarme a ese nombre, que debe ser tan malo para que nadie más lo use. No se de donde salí ni cual fue mi comienzo pero estoy desde hace tiempo, incluso antes de que alguien pensara en crearte, creo que tu llegada significo el paso en que me empeze a sentir util. De cualquier manera hoy te escribo, sin animo de que tu también me escribas, simplemente quiero expresar lo que hace tanto tiempo he querido decir. Te veo y te envidio a la vez, andas por ahi indiferente a lo que sucede a tu alrededor, piensas que todo no cambiará y lo que cambia es por consecuencia tuya. Lo hermoso que existe para ti es normal, lo que te causa tristeza aunque tenga solución lo miras como un gran problema. Lo que tu llamas amor lo confundes con obligación de querer, es decir que piensas que tienes que amar para no sentirte solo.
Piensas que tu vida es corta y aburrida sin saber que se vuelve larga y alegre si haces lo que mas te gusta. No entiendes de soledad, sino preguntame a mi, y en cambio aunque tengas compañia, te niegas a querer estar con alguien. Ignoras la naturaleza, la luz del sol pero lo más asombroso, ignoras de mi presencia. Tantas veces que quise decirte esto y aunque sentias el movimiento de mi cercana presencia, no relizabas ningun cumplido por mi laborar. ¿No crees que si quisiera hacer tornados por todos lados, lo haría? , pero no lo hago por que no esta en mi ser malo y despiadado, solo lo hago cuando la envidia me gana. Dicen que yo soy el que te da vida pero la verdad es que no, la vida ya la traes tu. La vida la obtienes si ni siquiera rogarla, lo que desearía yo para poder sentir eso que ustedes llaman vivir. Por eso busco en cada instante entrar en tu ser y formar parte de eso. Yo simplemente me uno a esa energía mágica por la misma envidia, en cada respiración que
haces me fundó en esa vida que yo desearía tener. Hablan de la muerte con tanto miedo y tristeza sin saber que pasar el resto de la historia en la tierra también es un martirio. Te lo digo yo que llevo muchos años haciendo lo mismo, nada. Como quisiera dejar este lugar y empezar en uno nuevo, de ese que ustedes llaman cielo. Pero en fin no es solo de esto que quiero hablar, sino que te informo que ya no estaré en este mundo. Me marcho a otro lugar donde me valoren más. Donde mi presencia sirva de inspiración para la nueva especie y donde no exista tu indiferencia con los demás. Aquí en la Tierra lo único que falta es que le pongan precio a mi presencia, que si alguien quiere respirar deberá dar su cuenta de Banco primero. Ante esta partida, te pregunto ¿Qué harias?, ves ahora que te preocupa. Y me marcho porque nunca agradeciste que existiera, y no quiero que me hagan un altar o me convierta en su objeto de veneración, pero era tan dificil un gracias ó que bien me haces sentir. Empieza a cuidar la parte de mi que aun tienes en tus pulmones para ver si te alcanza. Ojala mi partida no empieze un conflicto entre tu y yo. Si todavía quieres un poco de mí empieza a mudarte a mi nuevo lugar donde serás bienvenido si valoras las cosas. Las cosas como la vida, la amistad, la compañia y hasta de las más pequeñas como un rayo de sol en plena lluvia o una gota de agua despues del verano o cosas como yo. 

Me despido de ti, con el deseo de verte pronto, a ti y a los que se animen a cambiar.

Attentamente: El aire

06 septiembre 2011

En cuatro patas

Por Claudia Solares


Querido Dios:

Después de haber pasado todo el día recostado, decidí escribirte una carta.

Primero quiero agradecerte por hacerme como soy. Mi vida es sumamente cómoda, me la paso
durmiendo la mayor parte del día o jugando. Mi familia me quiere tanto que me tratan como
si fuera de la realeza. Aunque algunas veces no me dejan hacer todo lo que quiero. Lo cual me
impulsó a hacerte un par de preguntas.

Cuando llegue al cielo, ¿podré subirme a los sillones o será igual que en mi hogar dónde el
único mueble al que se me es permitido subir es mi cama?, ¿podré morder y jugar con todos los
peluches? ¿O sólo me dejarán tocar mis juguetes “especiales”? ¿Podré perseguir al cartero que te
entregue esta carta? ¿O tú también me amarraras para evitarlo?

¿Por qué es tan difícil comunicarme con los humanos? Cuando pido algo me callan y cuando ellos
me hablan, muchas veces no entiendo lo que dicen. De verdad me pregunto, ¿es sumamente
necesario que me hablen con una voz tan aguda cuando me hacen cariño?

Son seres sumamente extraños; les encanta oler las flores ¡Pero no se huelen a ellos mismos!
No les gusta que yo haga eso, por lo que me vi en la necesidad de aprender su forma de saludo.
Ahora les doy la pata o salto a abrazarlos cuando llegan.

Muchas veces soy premiado por los trucos que aprendo. Pero siempre es con las mismas aburridas
galletas en forma de hueso. ¡Nunca las cambian! ¡Es lo mismo con el concentrado! ¡No me cocinan
cenas especiales y encima no me comparten de las suyas! Por lo que yo te pregunto, ¿hay algún
delicioso buffet esperándome en el cielo?

¿Viviré en un lugar repleto de jardines donde pueda correr y jugar? Espero que sí. Además lo
necesito para poder ir al baño. A veces no entiendo porque me regañan cuando lo hago en la
grama, me refiero a cuando lo hago en esa tan acolchonada y calientita. Esa que les gusta tanto
que hasta le tienen un nombre diferente; le llaman “cama”. No entiendo cual es su problema, yo
duermo en el jardín rodeado de mis orines ¡y no me quejo!

Espero que en el cielo me encuentre siempre limpio, porque no me gusta que me bañen, mucho
menos que me vistan. ¿Acaso no entienden que mi pelaje es suficiente? A veces veo a mi familia
pasando horas frente a un espejo (me tardó tiempo entender que el del otro lado no era otro
perro, sino era yo), se la pasan observando lo que tienen puesto y cambiándose una y otra y otra
vez. Más aún cuando tienen una cita (¿tendré yo alguna así?).

Luego cuando regresan se la pasan diciendo “¿Será que le gusto?” No entiendo por qué no pueden
simplemente hacer como nosotros y mover la cola cuando nos gusta otro perro. Lo que me lleva a
mi última pregunta; honestamente Dios, ¿dónde les pusiste la cola?

Debo irme, escuché que compraron zapatos, ya sabes lo que significa; ¡Juguetes nuevos!
¡Hasta Pronto!

Te envía saludos, una noble mascota en cuatro patas.

05 septiembre 2011

Queridos habitantes

Por Astrid Ávila


Queridos habitantes:

Espero que se encuentren bien en todos los aspectos de su vida, y los saludo
deseándoles éxito en todas sus actividades diarias.

Me imagino que por estas fechas ya habrán empezado a planear a qué
actividades asistirán o cuáles de los sitos que yo poseo visitarán para el feriado del 15
de septiembre que se celebra en honor a mi cumpleaños número 190. ¡Si, 190 años!
¿Pueden creerlo? Hace casi 190 años que soy supuestamente libre.

Es cierto que se firmaron documentos y se hizo una gran celebración porque los
españoles ya iban a ceder mi control a mis verdaderos pobladores, y yo iba a ser un país
en libertad. Pero la verdad es que ya va bastante tiempo y yo aún no me logro sentir
libre. Sigo atada a varias cadenas que me esclavizan. La cadena de la injusticia, la de la
violencia, la de la corrupción, la de la impunidad, la de la pobreza… en fin podría
seguir pero no quiero deprimirme más.

Hoy quiero resaltar las cosas buenas que tengo, los bellos paisajes, la amabilidad
de las personas, la riqueza cultural, el folklor de las tradiciones, la variedad de climas, la
diversidad de flora y fauna, entre muchas otras cosas que me hacen única y especial.

Por último sólo quiero recordarles que ustedes son los que me hacen ser quien
soy, por lo tanto les pido que cada día traten de dar lo mejor se sí, para que todos juntos
puedan liberar estas cadenas que me hatan y que cubren todo lo bueno que tengo y lo
que soy.

Atentamente,
Su querida patria:
Guatemala
TERCER DESCENSO


02 septiembre 2011

Los tomates cayeron del cielo

Por Julio Urízar Maziegos


Los tomates cayeron del cielo. No estallaron como estaba escrito en los planes del dios hortelano que los mandó. Eran las plumas de un jardín en forma de pájaro que por la noche pasara volando, y como plumas, suavemente, al acicalarse y quitarse las peluditas, las que estorban, llovieron amaneciendo entre nosotros, entre los árboles y los postes del telégrafo, en los arriates y entre los canales de los tejados, en los caminos y el tazón de tu perro, que tampoco se dio cuenta, por que no dio ni un sólo ladrido en toda la noche. Por la mañana un resplandor rojizo se adhería a las paredes de la habitación y cuando se abrieron las puertas, los más osados rodaron hasta chocar con nuestros pies. De vez en cuando, todavía, las escobas encuentran uno debajo de los sillones, detrás de los muebles o en el cofre de los juguetes del nene. Se quedaron por aquí mucho tiempo. 

Al principio nadie se atrevió a tocarlos. Nos parecían una invasión de garrapatas, gordinflonas de chupar la sangre de un oso gigante, aquel que cruza el universo cada milenio y que un día antes, asegurabas, pasó por aquí, rozando al mundo. El cielo del día anterior lo habías pintado de marrón, era más bien cobrizo, pero asegurabas que era marrón, porque además las nubes se habían peinado como vellones interminables, sin dejar azul a los ojos. Es el oso, el gran oso que cada mil años se viene a morir aquí, comido por Sip, la garrapata. Fuiste el primero en buscarle patitas a una de las chibolas, pero de tan gordas no se veían, y dijiste que tal vez, de tan pesadas, por la noche se habían desprendido del pelaje de aquel ser celestial. Te creí. Sobre todo porque no quedaba nada de aquellas nubes licuadas en sepia, sólo el firmamento sin máscaras y la noche, la noche siguiente, empalagada de granitos de azúcar. Gritaste: ¡Ahora su risa quebró el silencio! Mientras metíamos el alma en el telescopio de tus dedos. ¿En dónde? No la escucho. Es que no se escucha, se ve, allá arriba. Los esqueletos siempre sonríen. Y nosotros lamíamos el zodiaco sin entender. ¿No han visto a las calaveras? Siempre se están riendo, igual les pasa a las calacas de los osos. ¿Pero en dónde? No la veo. Es que no se ve, se imagina, allá arriba te digo. Sólo son estrellas. Sí, pero juntas forman el esqueleto de la osa, lo único que dejaron las garrapatas. ¿Osa? ¿No era oso? Como quieras, no importa. En las calaveras eso ya no importa.

Estábamos sobre el tejado porque acabábamos de terminar de limpiar los canales. Cogiste uno de ellos: Si las destripas, me dejé engañar, vas a ver que es sangre lo que tienen dentro, es clarita porque es sangre de oso de cielo y están duras porque ya se cuajó, cuando se cuaja es que las garrapatas se murieron, se murieron de tanta sangre chupada. Mira al oso, se lo comieron enterito. Así pasa cada mil años. Así pasó la otra vez, lo recuerdo bien. ¡Lo viste la otra vez! ¿Hace mil años ya estabas aquí? Guardaste silencio escondiendo tu secreto con una sonrisa, como si me invitaras a no dudar de tu inmortalidad.

Tardamos varios meses en limpiar las calles y los caminos. Cuando dijiste que las garrapatas ya estaban muertas nos atrevimos a tocarlas. Las juntábamos en costales y canastas y carretas y luego íbamos al río a tirarlas. El mar sabrá qué hacer con ellas, fue tu idea, en sus profundidades puede ser que los peces dispongan guardarlas en los recovecos de la tierra. Porque así es como se forma la tierra, con garrapatas muertas, se petrifican con los siglos y así crecen los continentes y las islas. Cuando Dios creó la tierra no se tardó un día, se tardó añales y para eso dispuso antes que existiera el agua, y los peces, porque ante todo no hay agua sin peces, no es al revés, como ustedes piensan. Ese fue su plan, porque así, cuando pasara el oso y se lo comieran las garrapatas y estas cayeran al agua, los peces irían acumulándolas en montañas y más montañas. Gracias a los peces es que tenemos dónde vivir.

Y era cierto. ¿Cómo dudarlo? Nunca se pudrieron. Nunca olió mal. No se cubrieron de algodoncitos pestilentes. Sólo estaban duros, coagulados, y así, sólidos, el río se los llevó. Al menos eso pensé hasta que descubrí que no había verdad en tus palabras. Ahora ya estoy grande, la vida me ha flechado y me vino a enseñar que siempre fuiste un mentiroso. No existe tal oso. La ciencia lo demuestra. Aquellos nimbos marrones eran un sistema de baja presión con partículas ceodócicas que por fusión desarrollan cualidades en las que no me extenderé, otorgándoles ese color. Supe también que los peces necesitan del agua, no al revés. Dios nunca lo hubiese dispuesto así. Y quizás Dios ni exista. Un invento tuyo. Todo lo fue. Ahora sé que un asterismo no es nada más que lo que se le ocurre a unos cuantos cuando no hay nada qué hacer, cuando la mente no está situada en algo que verdaderamente valga la pena. Una mente como la tuya. El universo, por muy bello que sea, no es un artista, y si me equivoco, de todos modos los artistas no sirven para nada. Allá sólo hay infinitud, imposibilidad y no vale la pena soñar con ella. Mentiste. Todo el tiempo me viste la cara de estúpido, sobre todo porque guardé, en secreto, en el ropero, una de tus garrapatas. Era mi tesoro más grande. Siempre se mantuvo colorada, jamás perdió su color. En la universidad me enseñaron que es natural que lluevan cada cierto tiempo, si no tomates, papas o hasta cangrejos o guijarros, una vez cayeron manzanas. Les llaman arralanes, especie de tornados en enjambre, del arcano arranig (levanta) y a-nessif (las cosas), los cuales arrasan lo sembradíos o el mar o cualquier lugar descampado y luego, desde una altura menor a la de las nubes, bajo la temperatura correcta que de nada sirve explicarte, igual no entenderías, los arroja sobre nuestras cabezas como si fueran granizo o gotas de lluvia. Los tomates cayeron del cielo así. Siempre lo han hecho. Y cuando lo hagan otra vez no habrá nadie que vuelva a verme la cara de idiota.

Porque ahora soy yo el que les ve la cara a los pequeños. Ayer volvieron a caer, ellos, y también los tomates. Pasaron mil años desde aquella vez. Diez siglos, en verdad, desde que te fuiste. Resplandecen sus miradas, yo las reflejo en la mía y ellos piensan que es este viejo el que tiene los ojos brillantes. Les digo que son los huesos de la osa los que hacen que se me pongan así, porque les he contado lo de las garrapatas mientras vamos a tirarlas al río. Les enseño, como si fuese una joya, el milenario cadáver que guardé entre el armario para que pregunten y se queden con las ganas mientras me sumo en un mutismo de estrella, invitándoles a que lo acepten con o sin todas sus fuerzas, porque sólo así pueden llevarse a sí mismos a ver el mar, donde te ahogaste tratando de formar otra montaña. Les hago así como hiciste conmigo, cuando yo te entregaba lo que ya no poseías: les regalo una historia y ellos me conceden lo que yo también perdí cuando dejé de estar teniéndote a mi lado. Mi nieto duerme. Le expliqué, antes de que me abandonara entre sus sábanas, cómo se forman los continentes. Acércate. Míralo, abuelo. Shh... Está formando sus propias historias. Debe estar, a lo mejor, teniendo en sueños a un pez en el agua.

El danzante quebrantado

Por Domenica Valladares

Los tomates cayeron del cielo, mientras corriendo de la multitud el artista frustrado veía sus sueños desaparecer. Por su puesto, tenía presente que al público podía no gustarle lo que hacía, pero jamás se imaginó que llegarían al extremo de aborrecer lo que hacía, incluso para gastar su dinero y tiempo comprando tomates y arrojárselos como en una película de mala comedia.

Su danza era algo totalmente extravagante, pero nacida en una época inadecuada. Las personas usualmente rechazan lo que no conocen, y tratan de huir del cambio cuando lo que tienen les parece bien. Así que eso pasó cuando él se presentó por primera vez en una noche de talentos libres, en el pequeño teatro del pueblo.

Desde pequeño, había sido un bailarín. Siempre daba vueltas en la casa, tomaba cualquier artefacto y hacía de este, utilería para el escenario de su sala. Al crecer también creció su sueño de convertirse en un bailarín profesional, crear nuevas tendencias, nuevas formas de expresarse con el cuerpo, llegar a aquellos teatros tan famosos, en países lejanos, donde todos aclamarían su nombre.

Su familia ya no estaba, pues la vida se la había arrebatado, siendo el baile lo único que le quedaba. Así que impulsado por este sueño, tomó las fuerzas para inventar una rutina que lo haría lanzarse al estrellato. Era algo innovador, cada paso que hacía era con vida, pero de una forma tan sutil; extravagante y marcado, pero con la ligereza de una pluma. Practicó día y noche hasta lograr lo que deseaba. Y así se inscribió al concurso de talentos.

Antes de él pasaron ventrílocuos, cantantes, músicos, oradores, malabaristas, y un pequeño comediante que logró hacer callar al público, exceptuando a su padre, cuya risa quebró el silencio. Así que después de presentaciones tan comunes y sin vida, el artista pensó que ya todo estaba resuelto.

La música que lo acompañaba era toda una rapsodia, sin sonido vocal. No había necesidad de letras, pues cada movimiento de sus pies, cada expresión en su rostro, daba a entender los sentimientos del artista.

Un, dos, tres, acción. Y su acto, a pesar de tener un buen tiempo, pasó tan rápido para él, ya que hubiera deseado vivir danzado para el público para toda su vida. Un silencio atormentante se clavó en el corazón de tan peculiar bailarín. Fue allí cuando las personas del público empezaron a reír, a gritar y a levantarse para comprar los dichosos tomates que tocarían el mismo suelo que el danzante quebrantado.

Nadie hubiera imaginado que, después de tanto correteo, de tanto bullicio, y mucho después que la gente se cansara de correr, el artista fue visitado en su morada por un productor de los grandes actos, quien casualmente estaba en el público sin buscar nada.

El danzante se fue con él y nadie en el pueblo lo volvió a ver. Muchos dicen que triunfó y su nombre fue alabado por otros países demasiado lejanos. Otros dicen que el productor era un estafador y que le quitó todo el dinero que tenía, dejándolo en delirio, teniendo a un pez en sueños, y a su baile en las calles.

Lo único que se sabe en el pueblo que es cierto, es que el productor se lo llevó, y que aquella imagen del danzante quebrantado quedará en sus memorias.


01 septiembre 2011

Farandulero al tomate

Por Carlos Vásquez

Los tomates cayeron del cielo
El silencio bajó su velo
Y de inmediato la concurrencia
Suponía incidencias

Quien ha sido el atrevido
El valiente decidido
Que contra el actor desprevenido
Sin dudarlo había arremetido

El auditorio busca la razón
A la inesperada y brusca acción
De la cual el autor
No era más que la amante del actor

Mujer engatusada por versos y alcohol
Que al intérprete entregó su amor
Sin saber del sagrado compromiso
Al que el fragrante estaba adscrito

La incertidumbre rondaba en el ambiente
El respetable petrificado no sabía qué hacer
Sin embargo su risa quebró el silencio
Volviendo cómico el suceso

Mientras tanto el famoso artista
Entomatado y abochornado
Fugaz el escenario ha abandonado
Indignado y grandemente avergonzado

En su huída gran obstáculo ha encontrado
Por el piso mojado violentamente ha derrapado
Y de la contusión inconsciente a quedado
Teniendo en sueños a un pez en el agua