Por Julio Urízar
G-13
gira lentamente en su órbita esmeralda esperando que el atardecer llegue al
hemisferio donde se encuentra el minero Anatole Zarggoszo, de la villa de Urma,
cincuenta mikalianos al sureste de Patfis, capital. Anatole Zarggoszo ha
mantenido un comportamiento uniforme durante los meggjos que hemos estado
estudiándolo. Levanta con toda la lentitud de su planeta la pica y golpea la
roca cada cinco trembes antes de perderse en las divagaciones con que apunta al
horizonte en cada respiro. Lo hace agitadamente, llena sus pulmones de cianuro
y vuelve a blandir la pica y a salpicar esquirlas en torno a sus pies. Las verdes
y brillantes las coloca en el depósito que más tarde el egatronio llegará a
recoger para llevarlo a la central. Las grises y apagadas, Antale Zarggoszo las
guarda en su alforja para darlas luego a
cambio en la villa por un poco de ashuk, bebida estupefaciente que los
urmalianos fabrican a base de basha (jargalina-cupreyodida),
la cual los transporta a un estado de inmaterialidad placentera que, como
se verá más tarde, pareciera ser la fuente energética del urmaliano de clase
media.
Si bien, la sustancia ha comenzado a
dañar el sistema de Anatole, suponemos que lo ha hecho en un momento en que es necesario
que el trabajador esté preparado para retirarse. Debemos hacer una breve descripción
de la rutina de este miembro tan valioso para comprender nuestra teoría: al
comienzo del meggjo, Anatole Zarggoszo aparece por el sendero desde muy
temprano, leal como buen amigo de la mina, con la pica hambrienta de dlog y una
responsabilidad incólume que no se corrompió ni con la más ilustrativa saña de
los sindicatos que la buena política de este planeta logró erradicar. Trabajará
la jornada, llenará tres o cuatro depósitos, dependiendo de la calidad del
suelo que en ese momento trabaje, y recogerá, como recompensa, los fragmentos
que para su ingenua mente son más especiales, puesto que los trocará, en su
regreso a Urma, por más ashuk, no sin antes observar, en cada nueva alzada,
algo que en la lejanía, ya desierta y explorada por su mismo esfuerzo,
pareciera emerger en un momento u otro; algo que, podría pensar quien lo viera,
Anatole está esperando desde la última vez que Nicarno, estrella del sistema,
iluminó este hemisferio.
En la planta de observación lamentamos la imposibilidad de que
el excelente Anatole Zarggoszo dure los siguientes dos fdedls. Es, sin duda, el
más inalcanzable e indestructible miembro que tiene la mina Nilram, el que
nunca tuvimos la necesidad de adecuar al sistema pues el sistema, aunque
externo a su intelecto, logró ser absorbido por su escaso entendimiento nativo.
Como bien se sabe, los estudios demuestran que los niveles
de dlog de G-13 son mayores a lo que se sospechaba en un comienzo. Adanak Corp.
ha celebrado el hecho anunciando la instauración de nuevas plantas y la
renovación de todos los egatronios que funcionan en las actuales. El gobierno en Paftis, por el momento, no tuvo problemas en ampliar los contratos. Esta agradable
noticia es una promesa de vida mejor para los mineros como Anatole Zarggoszo y
sus familias, quienes serán condecorados póstumamente y serán, sin duda, ejemplo
inmortal del desarrollo y la tecnologización de G-13.
Ciudades en crecimiento continuo como Urma y Zeboffk deben
el progreso reciente a ciudadanos que como Anatole Zarggoszo han laborado en las
minas de dlog, tanto en Nilmar como en otras corporaciones que velan por el
desarrollo integral de los habitantes y el medio natural de G-13.
Anatole Zarggoso
cuenta con 31 fkeldem, exorbitante para un extractor de dlog, y a pesar de que
su ritmo de trabajo disminuye, lo hace con el orgullo de haber dejado atrás una
estela de bienestar y progreso.
Las observaciones han
comprobado que el objeto de estudio consume cada meggjo una cantidad
equiparable a nueve yambos de ashuk. Si nuestras hipótesis son correctas, el
ashuk será un elemento clave para el ascenso de la productividad de G-13,
puesto que, si bien es una sustancia popular entre los urmalianos, no hay, por
el momento, suficientes existencias para cubrir las necesidades de todos
nuestros trabajadores.
El presente estudio pretende conocer la potencialidad del
ashuk como agente energizante en los cuerpos del equipo de Nilram. De obtener
resultados positivos, Anadak Corp. podrá optar por extenderse al hemisferio
fértil de G-13 para llevar dicho desarrollo a los pueblos que subsisten en aquella
región por la siembra de basha bajo métodos aún rudimentarios que podrán ser fácilmente
modernizados.
Si los altos mandos aprueban dicho proyecto, basha y dlog,
campos y minas, convertirán a este planeta en una de las mayores potencias de
la galaxia.
Ciudadanos como Anatole Zarggoszo observan el horizonte como
si vieran ante ellos esa posibilidad. Esperemos el futuro, junto a él, con
dicha ilusión.
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