23 marzo 2012

Sin título

Por Julio Urízar


Eres en el fondo un armario de soledad que busca en la anarquía un estropajo para sus momentos.
Eres en la minúscula carretilla de los días un viajero que devora el panfleto y olvidó los por qués.
Vagas, entre bibliotecas que en tus manos son servilleta y arenisca,
 en pos de un papel virtuoso donde las firmas y los grandes nombres aclaman al mundo tu derrota.
Llueve adentro la púrpura certeza de la falsedad.
Te has puesto la máscara de los adversarios.
Y allá afuera, clama una madre la victoria de ese engaño.

Qué poco has recorrido...
y qué tanto has tenido qué pisar,
en el afán de los espejismos,
para darte cuenta que la estupidez la llevas grabada en la frente,
que puedes caminar mucho
y no haber cruzado ningún puente.

Encapuchador de memoria,
limosnero de la historia,
carcajada amarga de ideales fallados
y no fallidos,
sórbete la desidia
que para lo que estabas ya no eres más que un estorbo
vomitado de vergüenza.

1 comentario:

María Fernanda Sandoval Ayala dijo...

Excelente texto. Con la fuerza precisa y las palabras justas. Felicitaciones.