En
una laguna, que se encontraba rodeada de tres hermosas montañas, vivía
un hermoso conejo blanco llamado Tex, el cual tenía una madriguera cerca
de un gran pino, el cual le proporcionaba protección,
sombra y un refugio acogedor en los día de invierno. Todos los días,
miraba por la ventana de su madriguera, como el clima cambiaba, pasando
de estación en estación, esperando constantemente que en e huerto de una
vecina humana, crecieran las más magnificas zanahorias que él había
probado.
Un
día de inverno, se levanto medio quejumbroso, abriendo ojo por ojo,
pensando que recorrería el campo blanco de nieve, esperando a ver a su
amiga la pajarita Tere. Al salir, abrió la puerta y su sorpresa que se
llevo fue de mucho desagrado, ya que el árbol en el cual se refugiaba no
estaba más con él. Con todas sus fuerzas acepto que un día tenía que
ser cortado en la víspera de navidad. Se acerco a la casa de su vecina
humana y vio a su hermoso pino con mil colores saliendo de sus ramas,
con lucesitas parpadeando sin cesar. Decepcionado regreso a su casa,
esperando encontrar otro lugar donde refugiarse.
Pasó
el invierno, lo que le otorgó la entrada al verano, Tex espero que su
vecina humana plantara otro pino o algún árbol que le diera protección.
Tere, una pajarita ruiseñor, estaba triste también y diciendo con pesar a
su amigo conejo que se tenía que mudar muy lejos, por que ya no tenía
mas refugio, el cual era el maravilloso pino. El conejo le dijo que no
se fuera, que él sabía que a Clarita, su amiga humana, plantaría un
árbol con una linda casita, para que pudiesen seguir siendo amigos.
Dos
días después Clarita se dio cuenta que el conejo y la pajarita que
vivían en el pino que estaba en su jardín se iban a irían a buscar otro
refugio, por lo que decidio plantar un árbol, para que todos siguieran
siendo amigos.