Por Gabriela Sosa
Una palabra de afecto,
una palabra de reproche,
cargada de dolor,
una de amor,
una de cariño;
un te detesto,
un te aprecio,
un aléjate,
un por favor quédate,
miles de ideas, de palabras,
volando y zumbando,
tachadas y borradas,
esas que se quedan en el aire,
otras que se pierden en el silencio;
miles de palabras,
cada día, cada hora,
una nueva, otra igual,
combinaciones distintas,
unas se agigantan, otras se
achiquitan,
cuántas, cuántas,
tantas, tantas,
miles, millones de palabras,
que llegan y se van del papel,
impresas en la mente,
talladas en los huesos,
susurradas en voz baja,
abandonadas en la punta de los dedos.
Tantas, tantas,
cuántas, cuántas;
palabras sin fin, palabras eternas,
que nos rodean, porque nos rodean,
que nos matan o nos atan, nos desatan;
tantas, tantas,
que no ven las líneas del cuaderno,
que se quedan sin leerse, sin decirse,
sin atreverse,
cuántas, que cambian vidas, que rigen
y que destrozan,
aquellas olvidadas, antiguas y
desechadas;
todas, todas las palabras de este
mundo inmenso;
cuántas, cuántas que ya no se
aguantan,
que se pelean, luchan cada minuto, por
anteponerse una a otra;
cuántas, todas las palabras
amontonadas;
que
no se miran, ni se sienten
pero
comandan este mundo a su antojo,
porque
nos comandan,
las
palabras;
sin
palabras,
no
existiría el mundo.
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Al ver el reto de esta semana, esperé
como siempre, a que alguna idea surgiera en mi cabeza (por lo general lo hace
el fin de semana). Sin embargo, lo que vino a mi mente fue algo que escribí
hace como un año, así que lo busqué y luego de unas leves modificaciones, aquí
está. No será mucho, pero es mi himno a las palabras que, después de todo, son
las que en verdad rigen el mundo.
1 comentario:
Qué gran poema. Lo he leído varias veces y en voz alta. Lo he disfrutado como se nota que lo disfrutaste tú a la hora de escribirlo. Podrá parecer un tema simple pero en realidad hiciste un poema muy filosófico que invita a reflexionar sobre el lengua y cómo esta construye el mundo y nos hace darnos cuenta del él. ¿Cómo sucede eso? ¿Es que somos nosostros mismos puras palabras? ¿Podríamos pensar,actuar, vivir en sociedad sin ellas?
Las llevamos "talladas en los huesos" una imagen asombrosa.
No tenías que buscar un tema. Uno ya los trae consigo. Gracias por "desempolvar" este poema y compartirlo.
En verdad es un himno a lo que hacemos aquí. Las palabras son todo lo que tenemos como escritores, son tanto y a la vez son nada.
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