Por Paola Fuentes
Algunos dicen que
los juegos electrónicos te abren la mente a un mundo lleno de imaginación,
otros dicen que solo sirven para quemarte las neuronas. Les contaré lo que me
pasó el día de ayer para que puedan sacar su propia
conclusión….
Ayer desperté y aún con los ojos cerrados llegue al baño, me lave la
cara y peine el bigote, había pasado toda la noche jugando y el mientras dormía
lo único que soñaba eran diferentes maneras para pasar al siguiente nivel de mi
juego favorito, el cuál ahora no mencionaré, pero era hora de olvidarme de eso
y salir a estudiar, trabajar y todas esas innumerables cosas que hacemos los
aburridos adultos durante el día.
Salí un poco tarde de casa porque mi auto no quería arrancaba, así que pensé… que tal
si sigo este atajo que acabo de descubrir dentro del túnel, sorprendentemente
evite el tráfico de la avenida principal, luego en el semáforo encontré a unos
amigos, apostamos quien llegaría primero a la parada, rojo, amarillo y verde,
para no perder la costumbre fui yo el primero, me gané el dinero para los
almuerzos de toda la semana. Luego por
la prisa me metí contra la vía en una pequeña calle, pero un pequeño amigo me
aviso, di la vuelta y regrese a mi camino, llegue justo a tiempo y mi hermosa
chica me esperaba para darme un gran beso de recompensa.
Al final del
día, me dije a mi mismo, la vida es un juego.
Mario Bros
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