06 febrero 2012

Cementerio Clandestino

Por Evelyn Revolorio


Cuando es uno niño, algunas veces los padres, por caridad o por cariño, no le dicen la verdad a sus hijos cuando algo malo pasa, de ello viene esta historia.
Bertita tenía una lora azul muy linda, a la cual le enseño a hablar y a silbar muy bien. Cada día por las mañanas le pedía comida diciendo -¡Galleta praa, galleta!- y ella felizmente la acariciaba y alimentaba. Por muchos años había formado parte de la familia esta bella mascota.

Un día luego que Bertita regresaba de su primer día de clase de cuarto grado de primaria, corrió para ver a Catocha, con su elegante plumaje, más solo escuchaba, !Galleta, galleta, dame mi galleta!, buscándola desesperada,  nunca la encontró. Pasaron los días y solo escusas surgía en la conversación de los padres, tratando de explicar el paradero de la lora. Pasaron así algunos años, quedando en el olvido su presencia. Bertita, estando ya en la universidad, iba caminando por la calle, escucho en un lote baldío, en el cual se construiría pocos días después, ¡Galleta, galleta, te olvidaste de mi galleta!, al oír esto paso una sombra volando encima de su cabeza, quedando ella muy asustada por lo sucedido corrio a casa. 

Pocos días después, en las noticias matutinas informaron sobre una construcción, en la cual encontraron varios animales de todo tipo enterrados, especialmente una ¡Exótica lora azul!.

1 comentario:

JuLio Urízar dijo...

EL cuento es muy simpático en su totalidad pero el meollo del asunto es que la niña perdió a su querida mascota y no se trasluce ningún sentimiento, y luego, cuando ya es grande, siente una especie de miedo al ver pasar una sombra, y tampoco se transmite ese miedo, sólo se describe. Más que cuento, pienso que es la anécdota que Bertita cuenta a sus amigas en la universidad o algo así, a pesar de que intente tener una moraleja acerca de que los padres no debieran mentir tanto a los hijos y entende que sea como sea ellos tendrán que aceptar que uno se muere, etc, etc. Por cierto, un loro puede decir algo más que "galleta", ese loro, por lo que veo, era muy especial, podría tener otras habilidades, no sé. Cuidado, hacen falta muchas tildes y signos de puntuación, eso le cambia el sentido a muchas de las oraciones. La idea de un cementerio clandestino animal en un terreno baldío de la ciudad se me hace muy interesante ¿cómo han llegado allí? ¿hay algún personaje malvado que colecciona cadáveres de animales? ¿por qué, en fin, el cementerio es clandestino? ¿Qué secreto se esconde en ese lugar? y por último ¿cómo desapareció el loro, por qué? si sólo se murió y los padres le escondieron la noticia a Bertita ¿por qué ella ve una sombra cuando ya es grande? ¿Ha llevado la tristeza de su pérdida durante toda su adolecencia? El cuento es interesante, puede llegar a mucho, pero se queda en anécdota. El que tenga que ser breve no quiere decir que sea incompleto.