06 octubre 2011

Mis Lecturas

Por Julio Urízar Mazariegos

Comencé a leer en serio, porque descubrí que me encantaba, hará unos siete u ocho años, cuando estaba en secundaria. Antes leía libros, claro, sobre todo los del Barco de Vapor y tengo que confesar que pasé buenos momentos con todos ellos. Luego vinieron las modas de fantasía y me colé en algunas de ellas, sobre todo en la de Harry Potter (muy pocos no lo hicieron). Pero tengo que decir que gracias a estas primeras lecturas me fui interesando cada vez más en la literatura. A los catorce hubiese sido imposible que leyera el Fausto de Goethe, pero gracias a “La Historia Interminable” de Ende (uno de mis libros favoritos aún hoy después de tanto tiempo) empecé a amar la literatura y más tarde, a los diecinueve, no sé cómo, me devoré la Divina Comedia y el Decamerón. Con el Quijote tengo una cuenta pendiente, no sé por qué, pero ya lo leeré. Mis lecturas no llevan ningún orden. Como estudiante de letras debiera tenerlo pero la verdad es que mi acercamiento a los libros goza de mucha libertad. Creo que, en sí, continúo en la fase del descubrimiento.  Algunos libros funcionan como agujeros negros, con una masa muy atractiva para la mía y si paso cerca, a unos pocos centímetros, inevitablemente me absorben y ni la luz que me rodea se salva. No es que los libros que leo sean más interesantes que otros, simplemente contienen, en ese momento, algo de magia (no sé cómo explicarlo) y sucede que en esa precisa etapa de mi vida es como si fuera necesario que yo los leyera, de tal modo que libros que antes ni volteaba a ver hoy están en una torre esperando a ser devorados. Quisiera llevar ese orden académico de lecturas (por ejemplo, antes de leer literatura española decimonónica he de leerme al Siglo de Oro) pero la verdad es que no puedo, y además, qué aburrido sería. Así que ando brincando de aquí a allá. A veces es la genial Woolf, a veces Borges, luego Joyce y de repente Balzac y Zola. Entonces me vengo un poco más cerca y leo a una escritora británica actual llamada Susanna Clarke o a la genial Úrsula K. LeGuin, regreso al pasado y me vuelvo a la Odisea o viajo a Japón en busca de algunos autores que recientemente estoy descubriendo como Yukio Mishima. A veces me da por leer las epopeyas de diferentes culturas y ver todas las similitudes que tienen entre sí, ya sea Homero, el Ramayana de Valmiki, el Cantar de los Nibelungos y el grandioso Popol Wuj, imprescindible para el guatemalteco, le guste o no la literatura, del cual les comparto este fragmento de la versión de Sam Colop cargado de poesía y belleza haciendo alusión a algo indescriptible, el Origen:



“Ésta es, pues, su narración:
Todo está en suspenso,
Todo está en reposo,
En sosiego,
Todo está en silencio;
Todo es murmullo y
Está vacía la bóveda del Cielo.” 

Dentro de la literatura guatemalteca disfruto mucho de Arévalo Martínez, Francisco Méndez, Humerto Ak’abal y Pepe Batres Montufar. Y por qué no decirlo, la literatura que se engloba bajo el sello editorial de literatura “infantojuvenil” (con lo cual no estoy muy de acuerdo) también es uno de mis dulces favoritos, comenzando con Lewis Carrol, C. S. Lewis, Cornelia Funke y Barry. Tengo una gran lista de autores que quisiera leer y que espero pronto sean mis próximas lecturas, pero con lo desordenado que soy no sé cómo podré lograrlo (y si podré conseguir los libros, que es otra cosa), entre ellos está Cortázar, Saramago, Roald Dahl, Sábato, Tolstoi, Dostoievski, Borges otra vez (Borges nunca se acaba), Irene Nemirovski, los simbolistas franceses, Tolkien, Victor Hugo, Lorca, Proust y Vargas Llosa. El verso es algo que respeto mucho y para lo cual aún he de caminar más, aún así Tagore y Gabriela Mistral me gustan mucho. Decir cuáles son mis lecturas favoritas me es muy difícil, es más, no sé si ya tengo un autor o libro predilecto. Creo que con tan sólo ver todo lo que hay por leer, aún tienen que pasar muchos años (o vidas) de incesante lectura para decir que precisamente el libro de este escritor o esta escritora son mis favoritos.                 

2 comentarios:

Mirella urizar mazariegos dijo...

Me parecio muy interesante el fragmento que escojiste es tan mmm relacionado cn la descripcion a lo abstracto me parece que las cosas, el arte, la música, la literatura Que son abstractas son tan libres al sólo verlas, leerlas, escucharlas ellas independientemente son libres y transmiten eso me da una especie de emoción no lo se, es indescriptible. Por otro lado la historia de ti y la lectura lo siento de la misma forma como lo dice el fragmento lees en "desorden" algo que puede crear suspenso como qué libro será el próximo? O como te dejas ir al leer un libro es como decir quién te para porque dentro de ti todo está en silencio, todo está en reposo, en sosiego, sos vos y el libro y después de todo lo que leíste querés seguir leyendo porque eso te nutre como que aún te falta tanto por leer que "está vacía la bóveda del cielo" no lo se sólo es mi impresión encuentro mucha relación entre tú historio y el fragmento que elegiste me pareció interesante!

JuLio Urízar dijo...

Qué buena analogía. Puede que tengás razón. Lástima que vi tan tarde tu comentario, Mirella.
A seguir leyendo entonces.