22 abril 2012

Una gota de aventuras


Por Laura Rivas

En un amanecer radiante y hermoso, una rosa carmín le contaba a una gota de agua de rocío sobre su vida y como llegó a ser tan bella, pero se había aburrido de hablar y le dijo a la gotita que le contara de sus viajes por el mundo.
                La gota de agua le respondió:
-          Mis más viejos recuerdos se remontan en la época en que yo era una gota de agua salada. Yo solía vivir muy feliz en un océano gigante y azulado, jugando con mis amigas y con peces de todos colores y tamaños.
Era muy divertido deslizarnos por las orillas del mar, y ser regresados por la corriente. Pero lo que yo más deseaba, era viajar con un rayo de sol. Mis amigas me decían que era muy peligros, pues muchas veces te llevaban a lugares desconocidos y jamás regresabas al océano.
 Sin embargo, un día de verano, un rayo de sol me jaló a la fuerza y no pude evitar que me alejara de mi hogar. Luego me llevó  hacía una nube blanca y suave, que viajo por el cielo durante horas. Esa misma noche, me dejó caer y pude sentir el viento enfriándome como a un granizo. Caí en un charco de agua negra, me sentía muy sucia y apretada junto a otras gotas negras. Pero a la siguiente semana, tuve la dicha de hacerme amiga de un rayito de sol que me llevó lejos de ese charco tan sucio. Era deprimente vivir ahí.
Me dejó caer en un manantial, un lugar donde cantan las aves y la brisa cae en las flores para embellecerlas y llenarlas de vida, un lugar donde viviré por el resto de mis días…




1 comentario:

JuLio Urízar dijo...

Contaste el ciclo del agua de una manera muy ecológica y divertida a travéz de personificar a una gota de agua. Imagino tu cuento como un pequeño libro ilustrado.