Por María Fernanda Sandoval
A quien eras:
Te extraño;
como de muerto, se extraña el sueño,
como en aeropuertos se extraña el cielo,
como un amante que extraña el duelo.
Te extraño.
Extraño tanto al que fuiste un día;
cabello largo, las manos frías,
sonrisa amplia, mirar sereno.
Te extraño,
y odio al tiempo,
y culpa a las horas,
de desconocer quién es ahora,
el que me mira y me recuerda a vos.
Te extraño,
Aunque estés sentado al lado mío;
ya no te tengo,
ya te he perdido,
porque cambiaste,
y cambié yo.
Mi amigo, El Loco.
Un día conocí a alguien,
"el loco", le llamaré.
El loco feliz y puro,
el loco que no perdió la fe.
El loco que desnudó el alma,
el loco que pudo ser feliz,
el loco que sostuvo la calma,
el loco que enseño a sonreír.
El loco que creyó en sí mismo,
mucho antes que en los demás.
El loco que sin egoísmos,
aprendió y enseño a -intentar-
El loco, el aventurero,
que en él vio reflejado el sol.
El loco, el amigo, el bueno,
que quiso abrirme su corazón.
"el loco", le llamaré.
El loco feliz y puro,
el loco que no perdió la fe.
El loco que desnudó el alma,
el loco que pudo ser feliz,
el loco que sostuvo la calma,
el loco que enseño a sonreír.
El loco que creyó en sí mismo,
mucho antes que en los demás.
El loco que sin egoísmos,
aprendió y enseño a -intentar-
El loco, el aventurero,
que en él vio reflejado el sol.
El loco, el amigo, el bueno,
que quiso abrirme su corazón.
1 comentario:
Me encanto "El loco", pues un poco de locura nos hace falta para ser libres, felices y sonreír a la vida sin importar que nos traiga.
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