Por Carlos Vásquez
La oscuridad comienza su lenta agonía, las hadas recogen
diligentemente el polvo de estrellas que le dieron brillo a la penumbra
nocturna. Los seres noctámbulos se apresuran para terminar sus últimos
menesteres mientras la más tardada de las hadas recoge lo último de polvo
estelar. Cual mensajeros fugaces la caballería de avanzada de brillantes y
dorados trajes hace su entrada como preludio del vencedor invicto que una vez
más y como de costumbre se impone al reino de las sombras. Entonces el mundo
presencia el nuevo nacimiento del majestuoso rey del cielo, dador de vida y
bienestar. Entre tanto en los dominios perpetuos del mar, un grupo de grises
bombarderos comienza a desplegarse para hacer su ataque en los valles y
ciudades donde el hombre trabaja arduamente. El acercamiento de la flota
bombardera se anuncia con el tronar y saltar de chispas de su maquinaria,
súbitamente comienza el infinito bombardeo de líquidos proyectiles que impactan
en su terráqueo objetivo, impregnando de sus maravillosos regalos al suelo que
paciente aguarda tan preciado insumo para dentro de sus fábricas transformarlo
en la vida de sus plantas.
Terminado el ataque, el dorado gobernante asuma su rostro y
envía de nuevo a sus cálidos caballeros a inspeccionar lo que el ataque a dejado, viendo la gravedad
de los daños benévolamente envía a sus tropas a evaporar los residuos y a
cobijar a sus súbditos.
Una vez que todo está arreglado y en orden el rey de los
cielos abandona su trono celeste y le presta su lugar a la elegante reina de la
noche, quien agradecida ilumina tiernamente como caricia de madre a toda la
superficie y sus habitantes mientras que las hadas espolvorean sus estelares
especias que acompañaran a la emperatriz de la noche en su nocturna estancia.
Mágicos momentos que en nuestros días cuesta ver y esta ha
sido solo una pequeña mirada surgida gracias a unos minutos en que se abandona
la rutina y se busca entablar conexión con el alma del mundo y su lenguaje
único.
No hay comentarios:
Publicar un comentario