Por Carmen Ovalle
Pequeña e inocente.
Su piel es blanca como su alma.
De cabellos rizados y
largos, del color del sol. Sus ojos negros y redondos.
Su nariz es chata,
sus mejías rosadas igual que sus labios. Le gusta gritar y reír.
Sueña que es una
mariposa que vuela entre las flores, como las que pinta con sus crayones.
Con sólo un metro de
altura despierta ternura en cualquiera que la ve.
Todos la llaman Mimi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario