Por María Fernanda Sandoval
Desanuda poco a poco su garganta,
y recita en un triste tono azul:
"ya no puedo, la agonía no se aguanta
duele el tiempo, duele el suelo y dueles tú".
Pedacitos de perla resbalan con su llanto,
él la mira y no consigue llorar,
"¿Te duele? ¿Cómo a mí? ¿Te duele tanto?"
le pregunta, pretendiendo lastimar.
"Tus lagrimas huelen a pasado indiferente,
tus besos saben a lo que sabe la traición,
lo nuestro es solamente un burdo cuento
que huele a color rojo y a alcohol.
Ya no lleves mi destino en tu cartera,
ni moldes con tus dedos mi canción,
aprenden a observar los oídos del que espera,
entendí: que ya no sientes más amor".
1 comentario:
me gustó tu poema, las relaciones no parecen ilógicas y es muy cierto uno tiene que aprender a observar los oídos.
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