Por María Fernanda Sandoval
-¿Cómo era él Abuela?
...
No era como los otros, era distinto. Un poco alto, un poco delgado,
bastante informal. Tenías pies grandes y se sentía muy orgulloso de la
cicatriz en su mano izquierda. Las muchachas guapas lo ponían nervioso,
pero al sentirse nervioso no era como los demás, no se mordía las uñas,
él con el dedo indice raspaba su pulgar.
Era
buen mozo, no como los otros buen mozos. No usaba lentes oscuros ni
camisas abiertas, él encogía los hombros al sonreír. Era inteligente, no
como todos los inteligentes. Dudaba de su inteligencia a seguido y
odiaba las matemáticas. Creía en Dios de vez en cuando, jugaba bien al
football, prefería decir la verdad aunque doliera, le gustaba mucho la
música y habían canciones que lo hacían llorar.
-Él era perfecto, era perfecto para mí.
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