Por Carmen Ovalle
La habitación - Vincent Van Gogh |
Al entrar no pudo resistir las ganas de
sentarse en su silla al lado de la ventana. Podía ver el horizonte desde esa
pequeña ventana imaginaba que podía ir lejos de esas cuatro paredes. Aunque el
espacio era pequeño su imaginación no tuvo límites y comenzó a plasmar en las
pinturas paisajes y personajes que en su interior lo hacían crecer y que podía
con ellas adornar las paredes blancas de su habitación. Siempre tenía una silla
extra, esperando tener una visita y poder acogerla y que se sintiese cómoda.
En su mesa de noche solía tener un lápiz,
papel, una vela para iluminarse por las noches y unos cigarrillos para las
noches de inspiración. Que casi eran todas las del año, por eso en pocas
ocasiones usaba esa cama de madera que hacía mucho ruido pues estaba vieja. Era
de su padre y al morir prefirió conservarla. En esa puerta celeste podía entrar
a un baño pequeño. La toalla colgada al lado de ésta. La habitación era su
hogar y el resguardo de las historias que podía vivir en su mente y escribirlas
cada noche.
2 comentarios:
Logras hacer una buena descripción del lugar. Me la imagino incertada en una historia, sería imprecindible para descubrir la personalidad de este personaje, pues tocas en el fondo puntos de la psicología de quien la habita.
Sólo una cosa: repites muchas veces la palabra "habitación". Si tu intención era ser insistente, que se note, de lo contrario eso refleja falta de vocabulario o de maneras de construir oraciones con más riqyueza y fluidez.
Me gusta como describís la pintura, siento que es como el inicio de una historia en la cuál la habitación será el escenario de la misma.
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