11 noviembre 2011

Un típico día en la URL

Por María Fernanda Del Águila


Como un día común y corriente, bueno no tan común porque iba llegando tarde a clase de Estadística y tenía parcial, poseía un gran miedo y preocupación en mí. Mi corazón no dejaba de latir aceleradamente y como siempre un gran trafico para llegar a la U, al llegar al hoyo nunca encontré parqueo cerca de mi establecimiento, di vueltas y vueltas en el parqueo y observando todo aquel entretenimiento que siempre lo rodea, hasta llegar a la ubicación más lejana, el último lugar de todo el terreno, es decir en el tan conocido monte del hoyo.

Salí corriendo hacia mi salón de clases, en el tercer nivel del L, con la esperanza que pudiera llegar aun a mi parcial, sin embargo me pasó de todo en el camino. Mientras iba corriendo se me cayó mi bolsa de libros estropeando todos mis trabajos y mis libros volaron por los cielos, al reunir todo seguí corriendo ya estaba cerca cuando de pronto que me caigo, ¡Oh no he roto mi sandalia! por lo visto ya no podía seguir corriendo así que después de hacer todo un show en los cielos y tierra y que todos fueran testigos de tal espectáculo, llegue al salón hasta con hojas en mi cabello de la prisa no las sentí al caerme, y cuando veo el Ingeniero no llego.

Creo que estalle de enojo y sollozos por unos cuantos minutos, para todo esto ya era hora de receso, cuando de pronto mi blackberry vibro! Eran mis buenos amigos buscándome para reunirnos como todos los días en la plaza techada, buscamos una mesa para jugar pin pon, creo que eso arreglo bastante mi día, se me fue el estrés. Aquel día como siempre me reuní con mis mejores amigos, les conté mi odisea de la mañana y cuan mal me había sentido, ellos se burlaron, rieron y carcajearon pero a la vez me dieron apoyo.

Entendí que no siempre un mal día en la U, por mal que empiece o transcurra es malo, pues hay algo que siempre aprendes de él. En este particular día aprendí que muchas penas podre tener pero siempre habrá algún hombro con el cual pueda contar, en este caso los amigos, MIS amigos.

Luego de todo este espectáculo cursi sinceramente volvimos a lo rutinario, sentarnos en el piso de la plaza techada a escuchar música con la blackberry, oír como el chori gritaba a todo lados y tantas personas para llamar la atención, reírnos a carcajadas, alquilar la mesa de pin pon, hacer porras y como siempre reímos de las victorias y perdidas de los hombres.

Así es un típico día en la URL, puede ser trágico pero a la vez siempre mejor de una u otra forma.

2 comentarios:

Flor Vela dijo...

No me ha tocado vivir esa experiencia, pero me imagino tu enojo por todo lo que pasaste, tanto estres, por llegar a tiempo y de todos modos no estaba el ingeniero no llego, yo sinceramente seme hubieran salido las lagrimas por haber corrido y con una preocupacion inmensa, pero de igual manera la vida no es fácil y más para nosotros como universitarios; considero que siempre nos pasaran cosas parecidas a tu caso, pero debemos ser fuertes y seguir adelante, igual las cosas buenas vienen por monton y al final de todo algo bueno llega a pasar.

Miranda Navas dijo...

Realmente, te entiendo. También hubiera llorado del enojo... Sin duda, los amigos lo son todo. Aquellas amistadades que te alegran el día más amargo son las que valen la pena tener. Te felicito!