13 noviembre 2011

A las puertas de la Biblioteca

Por Francisco Juárez


A las puertas de la biblioteca me detengo, inerme, me siento otro, me detengo a pensar en las tantas vidas que se ciernen sobre el mundo, a veces me siento un hombre caminando por una calle empedrada en la costa sur a estas horas de la noche, o un niño que viaja durmiendo en el regazo de su madre en un bus que se desmantela en cada vuelta de rueda, o tal vez un hombre maduro impartiendo clase en alguna escuela del Quiche. Veo mis manos y confirmo mis sospechas, soy un estudiante universitario, que a las siete de la noche camina hacia un recinto casi vacío, amurallado de volúmenes desconocidos y de voces de hombres y mujeres de otro tiempo. Afuera, tan cerca de los restaurantes estarán los amigos, los compañeros, los sueños y las
ilusiones. Adentro de la biblioteca estarán otras ilusiones, no las propias, las de hombres y mujeres que me hablan desde muy lejos.

Recuerdo claramente haber encontrado un volumen de Asturias dentro del cual, a modo de separador, se encontraba un papel cuadriculado con un número telefónico, supe que era antiguo por sus siete dígitos. Me pregunto aun quien es la voz detrás del número, ahora solo las páginas del libro lo saben.

Camino de nuevo hacia mi clase, en el edificio L, allí los ojos de mi novia y la voz de mis amigos me devuelven a la realidad. Solo el tiempo sabrá si algún día, en las estanterías de la biblioteca, se encontrará un volumen que lleve mi nombre y en su interior se esconda un separador que lleve un número de nueve dígitos.

2 comentarios:

Carmen Ovalle dijo...

Me parece interesante tu historia. Es tan cierto que cuando uno entra a la Biblioteca muchos dicen que uno se encierra en los libros, pero eso no es cierto pues cada libro lleva una historia que contar y muchos a través del tiempo han decidido conocerla. A mí me ha pasado lo mismo que dice tu historia al detenerme unos momentos en la biblioteca a conocer los sueños de otros hombres, mujeres de otros tiempos que han dejado su historia plasmada en letras.

Carlos dijo...

Fijisimo!! también me he encontrado con muchas cosas dentro de los libros, separadores, hojas en blanco hasta chivos!! je nunca se sabe que se encontrará!!