05 marzo 2011

Complicación Culterana

Por Pablo De la Vega


En luenga trama hallose furibundo,
bardo nocturnal, meditabundo;
celoso andar con cada paso se tejía,
célere de noche, cuando parsimonioso al día.
Denuestos emergían de su boca:
nombre profano es cutis de roca,
e imprecación dolosa, cancioncilla
que este poeta presenta cual letrilla.
Andando do empíreos son tortuosos
y los claros caminos majestuosos,
topose luego con cierto mozalbete,
imberbe burdo disfrutando de la quiete.
Intercambiaron sus miradas, torva una trocase,
la otra diurna y centellante presentase.
Ésta, pomposa emanación de sus candores
en divinal exultación de trovadores  
y la otra, nigérrima, universalidad oteada
en cualquier paupérrima alma denostada. 
Jocoso el niño menciono al letrado
una pregunta que trastocó su estado:
-Doctor, si oro al oro es y lino al lino
¿cual es más valioso, cuál más fino
comparándolos con rosas y claveles,
arboledas exímias y laureles,
para los ojos que ora lo vislumbran
como lampíridos en el camino alumbran?-
Aedo pensando es lira iluminando,
callando a cuanto bellaco hablando,
pues charlatán sutilmente es sofista
con deleble pluma, fracasado artista;
a estos falaces, el escriba verdadero,
en el caligráfico estilo de su fuero
corrige para enseñar lo que es verídico
pregonando la esperanza a lo fatídico.
El, respondió entonces, culterano
a la cuestión que formuló el aldeano. 
-De lo humano, la vida, antonomasia,
empero, a guisa de paronomasia,
es confundido con el término mundano,
metamorfoseando lo tosco por lo sano.
Por lo que culta y sonora, cosa agreste
parécese motiva, vitalista aqueste,
pero la vida es vida y vale más por vida
y no dádiva sea vida, por más que se le pida.-
Corta cortó el canario la corteza,
y el orto apartó con cálida presteza,
la nocturna nubosidad de la ignorancia
aparecida en mientes, cual estancia
en la que se aparca meretriz lozana.
Parece apetecible, pero no más sana.
Siguió el hombre calvo su camino,
y siguió el aficionado su destino.
Si yo soy este aficionado esteta,
¿quién será el que me habló, poeta?


5 comentarios:

Unknown dijo...

quevedo.
"andrés Quezada"

Unknown dijo...

Quevedo.

Pablo dijo...

Lo siento, pero no es Quevedo, -claro que no!-

JuLio Urízar dijo...

A ver... razones para pensar que es Góngora (aunque todavía no estoy muy seguro):
1. El lenguaje que utilizas. Barroco. "Gongorista", delicioso. porque la verdad es bien rico leer tu poema en voz alta, aunque un montón de palabras se me escaparan. Ya investigué y agradezco que enriquescas mi vocabulario, jaja.
2. La descripción del poeta: cutis de roca, mirada torva, oscura, "universalidad oteada" (!me encanto eso!), culterano, calvo... (!Es él!)
3. Sé que te gusta Gongora (así que creo que esto es hacer trampa).
4. Desdén por la ignorancia y al hablar por hablar. Gongora no lo permitiría. Ese aficionado esteta somos todos, sin duda. Pero por algo hay que empezar.

Invito a todos a que lo lean en voz alta. Ya veran lo rico que es. Estas palabras no pueden ser silenciosas.

Si empleaste una métrica: ¿cómo se llama? Para eso no soy muy dotado. En realidad que es una complicación culterana. Pero quien no se complica para escribir literatura no escribe de verdad.

Pablo dijo...

Sí es Góngora, el genio y creador del Culteranismo. haha!

El texto en sí no tiene ninguna métrica, hoy no me dí el lujo de hacerlo de esa manera. Quise probar como si fuera una melodía en la que las palabras afloran cual notas en el texto, creando así la sonoridad característica.