07 julio 2012

De la elegancia

Por María Fernanda Sandoval

No importa cuanto lo nieguen allá afuera, somos parte de lo establecido por el sistema. Aunque en un principio luchamos por no formar parte de lo determinado, poco a poco terminamos usando máscaras que ocultan lo que verdaderamente sentimos, disfraces tras los cuales aprendimos a esconder nuestras alas de pájaros vencidos.  No lo digo frente a nadie, puedo imaginar sus respuestas. Dirán que solo pasa en mi cabeza, que los demás son esencia y forma pura, que no fingen como yo lo hago. Pero no puedo creerles y sé que ellos tampoco se creen, dicen la vieja  y usada definición de ser auténtico, solamente repiten lo que dicta el guión. 

Mi entorno, mi mundo, mi realidad, se reduce a barata utilería. La falsa tristeza cuando alguien muere, la sorpresa ante el mundo que empeora, la supuesta alegría tras los logros y la pena ante el fracaso de los otros, ya solo forman parte de la acotación. Pasó el tiempo y aprendí a actuar como querían que actuara, a decir lo que esperaban oír, a creer en todo lo que me enseñaron. Me doy cuenta, a la mitad de mi vida que no soy yo, soy ellos, quienes no son nadie. Todo por miedo a quedar descubierto y a tener que fijar la vista en mí mismo, a tomar decisiones y construir yo el camino, en lugar de formarme y adaptarme al molde. 

Me dan la bienvenida a lo que llaman éxito, me buscan un disfraz y preparan para el bailePorque esto no es más que un teatro. La representación de una antigua tragedia griega, de las que se estudian y analizan en un curso de literatura, de esas que parecen absurdas y desgarran, culminando en seco con un triste final. Aquellas que formaban parte de la antigüedad, deslumbrantes por las máscaras que deformaban a quien las usaba, esas mismas que evolucionaron y son, hoy en día, mi febril carta de presentación. 

¡Abrid el telón! Es un nuevo día y el actor de portafolios y traje oscuro aparece.

2 comentarios:

Carmen Ovalle dijo...

considero que muchas personas si no es que la mayoría pasamos por esa etapa que pusiste de actuar según la sociedad exige que actuemos. Cierto es que muchas veces por el miedo al fracaso que vemos en otros, fracaso que ninguno está dispuesto a llevar consigo por el simple hecho de defender ideas sin adaptarnos al molde.

Anónimo dijo...

La verdad no estoy totalmente de acuerdo, yo pienso que ha sido gracias al trabajo de muchas personas que piensan "fuera de su zona de confort" que hemos hecho grandes avances, pero también es cierto que muchas veces nos dejamos manipular por las personas a nuestro alrededor o por lo que la sociedad espera de cada uno, y hay veces que perdemos de vista quienes somos en realidad, lo que queremos ser y a donde queremos llegar.
Pero definitivamente no creo que sea imposible salir de esa situacion y ser alguien original que aporte nuevas cosas no solo a su entorno sino al mundo en general, lo único que debemos hacer es dejar el miedo en la puerta y pasar adelante al mundo donde no todo es seguro, pero al menos eres tú mismo.

ATT
Luisa Aldana