03 abril 2011

Aquel Héroe de la Certeza.

Por Sara Fernández

“Me dediqué a ver dónde estaba la sabiduría y la ciencia, la estupidez y la locura. Pero ahora veo que aun eso es correr tras el viento. Cuanto mayor es la sabiduría mayores son los problemas. Mientras más se sabe, más se sufre.” Eclesiastés 17-18

Qué inmensa ebriedad y confusión habrá podido sentir aquel humano, que sobre la imperiosa voluntad de las letras vive, para perder su alma en el vasto mundo del saber. Voraz hambre de sabiduría que no llega sino a un delirante desconcierto, Poco a poco va experimentando aquello que ya conocía y no había vivido, poco a poco va tomando experiencias que aún en su vejez no había tenido la oportunidad de sentir. Encuentra amores dulces e ingenuos, como una margarita y amores pasionales guiados por la firme escultura de la figura humana y a todos los conquista, mas a un costo demasiado elevado.

Pero claro, cómo se puede describir a este personaje sin antes mencionar a su socarrón acompañante, que viene a él en forma de perro de agua. Más que miedo, más que diablo de lúgubres y gélidos sentimientos, su comicidad y ocurrencia hace que el mal parezca ser una imagen vacía en el mundo, un ser burlado por el bien, que cree triunfar ante lo bueno y lo justo.

La inquietud, es la única que logra pasar a través del cerrojo de la puerta de su morada y con su ayuda, logra darse cuenta de las verdades que tanto había estado buscando, después de tantos males a los que se había sometido, poniendo su alma en juego, logra burlar al cruel demonio encontrando su libertad y su felicidad en una entidad divina. Nuestro personaje encuentra paz y certidumbre en aquello por lo que el demonio no puede condenarle y logra salvar su alma con la luz de la bondad y la pureza.

4 comentarios:

Pablo dijo...

Doktor Faustus! Sara, cada vez me sorprende más los buenos autores que conoces. Qué bien conocer que hay alguien que lee buena literatura, y el Genio del Strum und Drang, Goethe, no es la excepción. En ese caso, que conoces buenos autores, déjame preguntarte: ¿Has leído La nariz de Gogol, o La hija del Capitán de Puskin? Y con los alemanes: ¿A Schiller o a Novalis? Si puedes lee de ellos y te enajenarás de lo que es la Buena Literatura. Me gustó mucho tu texto porque, quien haya leído Fausto sabrá lo que es ese desconcierto de la sabiduría infinita que nada puede (cono dice tu cita del Eclesiastés)contra la verdadera existencia. Qué buena idea tomar un personaje ya preestablecido, sirve de mucho como molde para crear. Te animo en tu camino literario y te deseo éxito con tus textos!

sara dijo...

Me agrada la literatura Rusa, Tolstoi es mi preferido :S. Ya encontraré tiempo, para leer los que recomiendas. Ahora estoy leyendo "El doble" de Dostoyevsky pero siento que voy muy lento, a paso de tortuga, sin embargo queda tiempo para todo si se ordena bien el tiempo, o eso espero.

JuLio Urízar dijo...

Si, yo también pensé en Fausto, pero la verdad no sé por qué. Leí a Goethe siendo muy joven y la verdad es que no me acuerdo del 90% y toda la trama junto Mefistófeles y bla bla bla se me pasó porque seguro que no lo entendí, así que algún día volveré a leerlo. (t-e-n-g-o que leerlo)
Me parece una manera excelente de describir todo un libro (y un libro tan enorme) sin referirte a él! Tenés una gran habilidad para encontrar las palabras adecuadas y no enredarte en verborreas (que es lo que me pasa a mí) Creo que para un escritor es un buen ejercicio lo que hiciste aquí. Si, hay que leerse a los alemas y a los rusos. (pero no se olviden de los guatemaltecos, jaja)

sara dijo...

Tienes razón es un libro algo difícil de comprender, en el prólogo de mi libro decía que no había que leerlo sino estudiarlo. Si alguna vez hablo de otro libro será el "Libro sin nombre" del guatemalteco José Milla y Vidaurre. :)