25 febrero 2011

Abstracciones

Por Sara Fernández


Abstraer cada objeto cuando se va caminando por la calle es únicamente apto para aquellas mentes que pueden escuchar uno a uno lo delirios que la multitud aclama. Hoy al pasar por la calle no sentí el placer de ver a cada quien en su delirio, no sentí dolor ni pena ni augurios armoniosos meciéndose en una devastadora realidad, yo sólo escuchaba el ruido de una ciudad comprometida, de un momento de una cualitativa cantidad de personas exclamando juntas que su vida era fatal. Me detuve entonces un momento en el cual el tiempo siguió caminando, pero en la vertiginosa maraña que conforma mi mente en ese escalofriante sitio de constantes debates, el tiempo se paró, y todos los ruidos se hicieron más altos hasta parecer silencio.
Si pudiese alguna vez acusar al hombre de su osadía, yo lo haría sin pensar, si pudiera más aún, decirle al mundo que no lo necesito lo haría, claro, si incluso pudiera elevarme a la montaña más alta de algún  cerro, levantar mi voz al infinito y sacudirme el alma del cuerpo, qué me impediría hacerlo, qué resguardaría ese escape milagroso de la ruidosa y sudada multitud que enaltece el orgullo de los bien amados hombres y marchita la esperanza de los recién llegados. Quisiera darme cuenta derrepente que los objetos se pueden abstraer, ser únicos, quedar exentos de  toda materia, pero es que la tierra es pura materia, es movimiento colectivo, es una pequeña parte de las partes de las partes del inmenso universo, y nosotros, en nuestro pequeño punto azul, en nuestra pequeñísima abstracción no somos más que un sistema descoordinado de materia humana moviéndose al compás de una cíclica canción que dice más o menos…Hay duérmete mi niño, duerme por favor, porque ya no tengo más que una canción, duérmete mi niño duerme por favor, porque en mi regazo ya no queda si no mi amor, duérmete mi niño duerme corazón, ruego que mañana amanezcas sin dolor.
Pero no importa que tanto gire el mundo, el hombre sigue igual, estático y retraído, enajenado y excluyente. La lluvia era este día el principio de todas las cosas, algunos jugaban en su armoniosa cantinela y otros se ahogaban en cada gota que veían pasar.   

4 comentarios:

Virginia González dijo...

Todos tenemos esas marañas en la mente esos debates. Sería increíble poder sacudirse el alma del cuerpo para que pudieramos liberar nuestra mente de todo eso que nos aturde. Es difícil no sentirse identificado con cada palabra que menciona. Y al final toda la razón al decir que el hombre sigue igual, a pesar de todo lo que aturde nuestra mente el mundo sigue siendo igual.

Unknown dijo...

Sabés, esto lo escribí el año pasado cuando leí la Náusea de Sartre y ahora estoy leyendo la historia de Sidharta Gautama, el hecho es que pienso que todos agonizamos diariamente porque la enajenación no nos permite sentir cada momento de nuestra vida, en serio sería fantástico poder salir de nuestro cuerpo.

Pablo dijo...

Me llama la atención la idea de que el hombre, a pesar del constante cambio, sigue igual... Esto es muy pesimista y me recuerda la teoría de Nietzsche sobre le eterno retorno... Me parece la imagen de "Duermete mi niño", la has logrado muy bien como el coro de tu reflexión. Has intentado alguna vez hacer un poema lìrico? con rima y todo? te insto a que intentés hacer una reflexión estilo poema!! a ver que tal.

JuLio Urízar dijo...

Lo que entiendo es que, bueno, el mundo es una "nausea", como dijiste. Y por allí hay ciertas "canciones de cuna" que lo único que hacen es consolarnos vanamente. Al final el hombre no cambia, algunos se cubren de apariencias para encubrir la absurdidad, otros se limitan a ahogarse en ella hasta la aniquilacion. Tal vez no solo sea la materia el problema. Me atrevo a suponer que son las almas las que están atormentadas. Tal vez la materia las contiene para que no detonen por completo.
Me encanta la última oración. La imagen de la lluvia al caer y las dos actitudes reflejadas en cada gota.
Si bien no es un cuento, tu reflexión logra ser narrativa, aunque no del todo, ya que hay algunas acciones como caminar por la ciudad o la lluvia caer. Tal vez Pablo tenga razón !Intenta hacer un poema! quedaría algo interesante con este contenido...