Por Astrid Ávila Dysli
Desde pequeña, Marcela, era una
niña muy ordenada y dedicada en sus tareas y actividades del colegio. Cuando la
maestra pedía que hicieran algún trabajo grupal, a ella siempre le gustaba
dirigir el trabajo y asignar a cada una de sus compañeras tareas para que el
trabajo fuera realizado de manera rápida y eficiente, le gustaba escuchar la
opinión de todas las integrantes antes de tomar una decisión, y si había un
problema siempre trataba de llegar a un acuerdo con todas. Por estas y otras
cualidades Marcela era vista como una persona líder en quien sus compañeras
podían confiar. También le gustaba mucho pertenecer a cargos del Consejo
Estudiantil y la directiva de clases para estar involucrada en la organización
de las diferentes actividades del colegio.
Conforme fue creciendo le fueron
gustando una amplia variedad de materias, desde física y química, hasta las
artes plásticas y la psicología. Por lo tanto al momento de decidir la carrera
que estudiaría en la universidad tuvo un tiempo difícil. Para poder decidirse
hizo unos exámenes vocacionales, pero aún así no estaba segura de las opciones
que le daban. Entonces hizo una lista de sus aptitudes y cuáles se adaptaban
más a cada carrera, y así se decidió a cursar la carrera de Administración de
Empresas en la Universidad Rafael Landívar.
Desde los primeros días de
universidad a Marcela le pareció fascinante el mundo de la Administración, pues
se trataba de poder identificar problemas de las empresas y poder trazar planes
con estrategias específicas para resolverlos, manteniendo una organización
adecuada, tanto del personal de las empresas como de los procesos a realizar, evaluando
los recursos con los que se cuentan y los que se necesitan para llevar a cabo
distintos proyectos, y que la empresa sea rentable y a la vez satisfaga las
necesidades de los clientes.
Una de las actividades más
interesantes que ha tenido que realizar ha sido la de crear una Compañía
Juvenil como parte del proyecto de Empresarios juveniles, en el que junto con
10 compañeros, crearon una empresa con un nombre original, con puestos
gerenciales reales, promocionando y vendiendo un producto, tratando de generar utilidades
para los accionistas. Fue una experiencia que acercó a ella y a sus compañeros
a la práctica de la administración de una empresa. Una actividad parecida a
esta que tendrá que realizar es la del Taller de Emprendedores, en la que
también deben crear una empresa, pero esta es a mayor escala.
A Marcela realmente le gusta su
carrera, y en el futuro sueña con tener sus propios negocios como una empresa
de organización de eventos, que incluya una floristería, una pastelería,
confección de vestidos únicos, fotografía y una tienda de invitaciones y
scrapbook. Ella desea empezar con una de todas estas, e irse diversificando y
creciendo poco a poco, al poner en práctica lo aprendido en la carrera.
3 comentarios:
Qué alegre y bonita la vida de Marcela que quiere ser administradora y poner su floristería y ser diseñadora de modas. Pero sí la cosa va así no merece un cuento. Como lector exijo que pase algo, la narración no me deja nada. No sé, hace falta que pase algo, cualquier historia. Pero cuenta algo! La imaginación te ofrece muchas cosas más.
Siento que estuviera leyendo un informe sobre la persona, más que un cuento...concuerdo en que debería pasar algo al final, un giro que nos deje pensando sobre si Marcela va a lograrlo o no; no lo sé, algo como eso...Podría ser el comienzo de algo, pero pareciera no estar terminado...
Lo que más me gustó fue como en el título expresaste todo lo que significa tu carrera. Me identifico con ello pues para mí, la profesión que un día voy a ejercer será una vida que comencé desde el momento que decidí que eso quería ser.
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