16 julio 2012

El pino

Por Evelyn Revolorio


En una laguna, que se encontraba rodeada de tres hermosas montañas, vivía un hermoso conejo blanco llamado Tex, el cual tenía una madriguera cerca de un gran pino, el cual le proporcionaba protección, sombra y  un refugio acogedor en los día de invierno. Todos los días, miraba por la ventana de su madriguera, como el clima cambiaba, pasando de estación en estación, esperando constantemente que en e huerto de una vecina humana, crecieran las más magnificas zanahorias que él había probado. 

Un día de inverno, se levanto medio quejumbroso, abriendo ojo por ojo, pensando que recorrería el campo blanco de nieve, esperando a ver a su amiga la pajarita Tere. Al salir, abrió la puerta y su sorpresa que se llevo fue de mucho desagrado, ya que el árbol en el cual se refugiaba no estaba más con él. Con todas sus fuerzas acepto que un día tenía que ser cortado en la víspera de navidad. Se acerco a la casa de su vecina humana y vio a su hermoso pino con mil colores saliendo de sus ramas, con lucesitas parpadeando sin cesar. Decepcionado regreso a su casa, esperando encontrar otro lugar donde refugiarse. 

Pasó el invierno, lo que le otorgó la entrada al verano, Tex espero que su vecina humana plantara otro pino o algún árbol que le diera protección. Tere, una pajarita ruiseñor, estaba triste también y diciendo con pesar a su amigo conejo que se tenía que mudar muy lejos, por que ya no tenía mas refugio, el cual era el maravilloso pino. El conejo le dijo que no se fuera, que él sabía que a Clarita, su amiga humana, plantaría un árbol con una linda casita, para que pudiesen seguir siendo amigos. 

Dos días después Clarita se dio cuenta que el conejo y la pajarita que vivían en el pino que estaba en su jardín se iban a irían a buscar otro refugio, por lo que decidio plantar un árbol, para que todos siguieran siendo amigos.

Flutur


Por Carmen Ovalle


Hace mucho tiempo en un lugar lejano, vivía una princesa que el rey y la reina no dejaban que saliera del castillo. No la dejaban ir a las cenas reales ni que los príncipes la visitaran. Pobre princesa Flutur qué mala su suerte, de haber nacido fea.

Todas las noches ella lloraba en su habitación, pues quería recorrer el mundo conocer los bellos lugares, las flores olorosas, pasear por los jardines del castillo y ver el cielo por las noches. Una noche, dormía en su habitación cuando una luz blanca y el sonido de una canción la despertó:

-          (música) Vengo aquí a bailar, vengo a todos alegrar, y la princesa jamás volverá a llorar.

Abrió sus ojos, y vio sobre la mesa de noche un ser tan pequeño como una abeja que brillaba más que la luz del sol. Llevaba un vestido largo  y lleno de encajes de color amarillo. Su pelo estaba cubierto de polvo de estrellas y consigo llevaba una bolsa de la que caía miel. ¿Quién era ese ser tan extraño y brillante? Era el hada Biene, una abeja que visita a todas las princesas para cumplirles todos los sueños que desean con tan sólo comer un poco de miel.

                Cantando le dijo:

-          Si quieres hermosa ser, un poco de la miel debes comer.

Pero, Flutur quería ser la más hermosa. Poder volar como el hada y llevar los vestidos más coloridos. Comió con ese pensamiento toda la miel que pudo hasta quedarse completamente dormida. A la mañana siguiente sintió calor y al despertar se vio rodeada por las hormigas, caracoles, orugas y muchas abejas. De pronto sintió que estaba durmiendo sobre la cama más cómoda que había tenido. ¿Dónde estaba? Al verla era la hoja de un árbol.

Se vio a sí misma y comenzó de nuevo a llorar al ver que se había convertido en una oruga. Todos los insectos del jardín la consolaron para que no llorara. No sabían qué le pasaba ni de dónde venía esa nueva amiga. Una oruga muy sabia le dijo que dejara de llorar porque en poco tiempo todos estarían envidiándola por ser tan bella.

Pasaron varios días y la nueva oruga permaneció aislada. Pasó la lluvia, días de sol y ella seguía sin querer hablar a ninguno de sus nuevos amigos. De pronto una mañana soleada, sintió que podía estirarse cuando de pronto salieron dos alas. ¡Qué hermosas alas! ¿Qué colores tenían esas alas? Eran verdes, rosadas, amarillas, celestes, lilas. Tenían todos los colores que la princesa había imaginado para sus vestidos. Y Flutur comenzó a volar. Todos los insectos del jardín estaba felices de verla partir a viajar por todo el mundo siendo tan bella y con las alas más hermosas que habían visto.
Por María Fernanda Sandoval

Un día los perritos y los gatitos del pueblo decidieron probar su inteligencia. Así que idearon una manera de medirla. 

¡Inventemos un juego que nos muestre quién es el más inteligente! -Dijo el gatito Angora. 
¡Perros contra gatos! -Grito un Chihuahua. Y todos estuvieron de acuerdo. 

El juego era simple: Los perros esconderían detrás la colina del pueblo algo que el equipo de los gatos debía adivinar. Cada día de la semana los gatos tendrían una oportunidad de decir qué era aquello escondido. Si al llegar el domingo en la tarde no acertaban, los perros ganaban, es decir los gatos morían en el juego. Si con las pistas que los perros debían darles los gatos sí descubrían lo que era, los cachorritos morían, es decir perdían. 

El lunes los perros dieron la primera pista: "Es algo que sirve para guardar." Los gatitos después de dialogar entre ellos dijieron: "Ah, muy fácil. Su objeto escondido es una caja." Pero no, los minínos habían cometido su primera equivocación. 

El día Martes el Pastorcito Alemán les dio otra pista: "Necesita baterías" Esta vez fue el gato Persa el que se equivocó diciendo que el objeto misterioso era un juguete. Así pasaron los días, y no importaban las pistas que los perros daban los gatos no podían adivinar qué era el objeto misterioso. 

Mish, el más pequeño de los gatitos que era muy curioso. No soportaba no saber qué era el objeto y veía como los días pasaban sin que sus amigos lograran adivinar. La situación lo empezaba a desesperar, nadie lograba acertar. 

El día sábado decidió perder la curiosidad. Se puso las botas y se dirigió él solito al campo, subió la colina y al bajarla, ¡sorpresa! ¡El objeto misterioso era una cámara de video! En donde el pobre Mish quedó grabado haciendo trampa. 

Los perros, que sabían que Mish no iba a soportar no saber que era el objeto, habían ideado un plan para ganar el juego. Al día siguiente, cuando notaron como el gatito había caído en su trampa no podían parar de reír. 

Los míninos, en cambio estaban muy enojados con Mish, por su culpa los cachorros se creían más inteligentes. ¡Él los había hecho morir a todos!  Dicen las abuelitas, que desde ese entonces las personas usan la frase "la curiosidad mató al gato." Por aquél gato travieso que no siguió las reglas del juego.

13 julio 2012

Rezándole a la muerte

Nuestro amigo y hace mucho cavernero Álvaro Montenegro nos ha compartido un pequeño relato en su blog literario:


Disfrútenlo 

11 julio 2012

El jardín de Sofía


Por Astrid Ávila

Sofía era una niña que amaba las flores,
le gustaba que adornaran su jardín con muchos colores.
Ella las cuidaba y las regaba todos los días,
luego les hablaba mientras veía pasar algunas ardillas.
Las flores también le hablaban a ella,
le daban consejos para ser cada día más bella.
Los tulipanes rojos le contaban las aventuras de los pájaros que cada día llegaban,
las rosas blancas le comunicaban lo que hacían los niños cuando jugaban,
las hortensias le expresaban poemas de personas que se amaban,
las azucenas le relataban como las hormigas trabajaban,
y las margaritas le decían que gracias a ella crecían y crecían.

09 julio 2012

7° y último descenso Interciclo

Último descenso - interciclo

Personificación y cuento infantil

Cuando el mundo se mueve como solíamos moverlo

08 julio 2012

El dolor más grande...


Susy Flores
 
Hace un mes que ya no lo veo, extraño su sonrisa, extraños su voz, me hace falta… Creí que lo había sufrido todo después del abandono de mi esposo pero no esto es lo peor que le puede suceder a una persona es un gran dolor el que se siente no saber dónde esta o como esta. Este vacío, esta soledad, esta incertidumbre no lo soporto más es inevitable caeré en una crisis; lo que más me hace sufrir es ver cómo cada día la policía me informa que no lo encuentran y cada día se pierde esa esperanza, no sé que hacer estoy desesperada a pesar de que mis familiares tratan de consolarme es inútil simplemente mi alma está destrozada e inconsolable. Por favor que alguien me diga dónde está, si está bien que me lo digan y si ya no se encuentra entre nosotros también, yo lo que quiero es que esta situación acabe de una buena vez y saber lo que le hicieron a mi adorado hijo.

Tiempo al tiempo


Por Laura Rivas

¿Qué será más difícil?, ¿Perder a un hijo o a un hermano? Me pregunté eso tantas veces y no lo entendía hasta que lo viví.  Aún no entiendo por qué se nublo todo cuando te fuiste, se supone que vas al cielo, al paraíso, a descansar…
Que desgracia perderte así de repente; que desgracia que no me pude despedir si quiera.  Solamente en mis sueños tengo la chance de hablarte y recordarte, porque ni en las fotos he de consolarme. ¡Que desgracia!
Ahora lo único que queda es esperar el día en que nos juntemos nuevamente,  y abrazarte y decirte lo mucho que te quiero y te extrañé. Que desgracia esperar, pero hermano una cosa te aseguro, jamás te he de olvidar.

El ser


Por Camen Ovalle



(En un cuarto oscuro, sentado recostándose en la pared decía a sí mismo):

    En medio de estas cuatro paredes, ¿cuándo te perdí? ¿O acaso has estado escondiéndote en la oscuridad para que mis días sean lentos y sienta que cuando no estás, pierdo parte del existir?

Porque cuando vi a mi alrededor y que lo único que me quedaba era nada, porque tú mismo has alejado a tu prójimo. No te diste cuenta que con tu egoísmo y la libertad perdida ya no eres humano. Porque lo fuiste los días que dejabas que esas personas entraran a tu vida. Cuando te envolviste en la injusticia por tus intereses e ignoraste la voz de los demás, decidiste vivir la propia cárcel de la soledad y el remordimiento. ¿Cuándo estás dispuesto a regresar?

07 julio 2012

De la elegancia

Por María Fernanda Sandoval

No importa cuanto lo nieguen allá afuera, somos parte de lo establecido por el sistema. Aunque en un principio luchamos por no formar parte de lo determinado, poco a poco terminamos usando máscaras que ocultan lo que verdaderamente sentimos, disfraces tras los cuales aprendimos a esconder nuestras alas de pájaros vencidos.  No lo digo frente a nadie, puedo imaginar sus respuestas. Dirán que solo pasa en mi cabeza, que los demás son esencia y forma pura, que no fingen como yo lo hago. Pero no puedo creerles y sé que ellos tampoco se creen, dicen la vieja  y usada definición de ser auténtico, solamente repiten lo que dicta el guión. 

Mi entorno, mi mundo, mi realidad, se reduce a barata utilería. La falsa tristeza cuando alguien muere, la sorpresa ante el mundo que empeora, la supuesta alegría tras los logros y la pena ante el fracaso de los otros, ya solo forman parte de la acotación. Pasó el tiempo y aprendí a actuar como querían que actuara, a decir lo que esperaban oír, a creer en todo lo que me enseñaron. Me doy cuenta, a la mitad de mi vida que no soy yo, soy ellos, quienes no son nadie. Todo por miedo a quedar descubierto y a tener que fijar la vista en mí mismo, a tomar decisiones y construir yo el camino, en lugar de formarme y adaptarme al molde. 

Me dan la bienvenida a lo que llaman éxito, me buscan un disfraz y preparan para el bailePorque esto no es más que un teatro. La representación de una antigua tragedia griega, de las que se estudian y analizan en un curso de literatura, de esas que parecen absurdas y desgarran, culminando en seco con un triste final. Aquellas que formaban parte de la antigüedad, deslumbrantes por las máscaras que deformaban a quien las usaba, esas mismas que evolucionaron y son, hoy en día, mi febril carta de presentación. 

¡Abrid el telón! Es un nuevo día y el actor de portafolios y traje oscuro aparece.

06 julio 2012

EL coky

Por Evelyn Revolorio
 
El Coky, mi coky.

En este día es increíble que todo pase tan rápido. Pude ver cada parte del día, desde el bello amanecer, hasta el atardecer en esta bella playa de arena blanca, con un un mar más celeste que el cielo. En realidad puedo relajarme, pero creo que no podre sacarte de mi mente. Recuerdo cada momento, cada sonrisa, cada llanto y cada abrazo. Me encanto, todo de él, sus bellos ojos marrones, su alegría incondicional y estar jugando constantemente cada día. Espero que algún día me permita Dios me permita tener una mascota así. Espero poder vivir mas tranquila ahora que lo trate de olvidar.

02 julio 2012

6° Descenso


6° Descenso Interciclo

Soliloquio